LA MUJER TUVO QUE PEDIR LA BAJA POR PROBLEMAS PSICOLÓGICOS

La Guardia Civil suspende al sargento acusado de abusar de una compañera

La Guardia Civil ha comunicado la suspensión del sargento procesado por abuso sexual y acoso laboral a una agentea la que obligó a abortar tras violarla. La víctima tuvo que pedir la baja por daños psicológicos.

El Director General de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, ha firmado la suspensión del sargento destinado en el puesto de Molina de Segura, Murcia, que ha sido procesado por abuso sexual y acoso laboral a una agente tras la denuncia interpuesta por su compañera ante los tribunales. Fernández de Mesa ha firmado la suspensión de funciones y el cese de destino de este sargento después de recibir el auto de procesamiento del Juzgado Militar Territorial número 14 con sede en Cartagena, según informa la Dirección General de la Guardia Civil.

La Dirección General del Cuerpo ha señalado que al sargento se le acusa de un delito de "abuso de autoridad en su modalidad de trato degradante o inhumano en concurrencia con otro contra la libertad e indemnidad sexual en concurso con lesiones psíquicas graves y maltrato".

La Asociación Unificada de Guardia Civiles (AUGC), han dado cuenta de este caso en una rueda de prensa en la que la abogada de la denunciante, Laura Pérez Botella, ha explicado que desde el año 2011 la guardia civil, una mujer de mediana de edad que trabajaba en la Unidad de Violencia de Género de la Comandancia de Murcia, sufría acoso sexual y laboral por parte de un superior jerárquico.

El sargento y su subordinada mantuvieron una breve relación consentida durante cuatro meses, pero tras terminarse, el hombre, según ha asegurado el portavoz de AUGC, comenzó a proponerle encuentros sexuales a los que ella se negaba. Después de meses de insistencia comenzaron las violaciones, según el relato de la abogada, primero en el domicilio de la guardia civil y más tarde también en horario laboral.

Fruto de estas p violaciones la mujer se quedó embarazada y el sargento la obligó a abortar, según explican. Esta situación se alargó durante cuatro años, hasta marzo de 2015 cuando la mujer tuvo que pedir la baja por problemas psicológicos derivados de la situación. Durante este tiempo, en el que explican que la víctima se vio sometida a continuas vejaciones, el sargento llegó a amenazarla presuntamente con perder su puesto de trabajo si contaba algo.

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