LE INTRODUJO DOS ROCAS DE COCAÍNA EN LOS GENITALES
Habla la mujer que escapó del descuartizador de Marta Calvo: "Me dio una bebida y perdí el conocimiento"
Una de las mujeres que logró escapar de Jorge Ignacio, presunto asesino de Marta Calvo, ha asegurado que éste le quiso introducir cocaína en la vagina, algo a lo que ella se negó. En ese momento le dio una bebida que la dejó inconsciente y al despertar tuvo que extraerse dos rocas de cocaína de los genitales.
Una mujer prostituida ha declarado ante la Guardia Civil que el descuartizador confeso de Marta Calvo la intoxicó con droga sin su permiso. Ella asegura que a principios del verano pactó un encuentro sexual con Jorge Ignacio.
En declaraciones a 'Espejo Público' asegura que él le pidió mantener sexo con consumo de cocaína: "Tuve un encuentro sexual pactado con Jorge a principios del pasado verano en el que me exigió que la cita tuviese el contexto de 'fiesta blanca'".
Ella relata que, como a Marta Calvo, la llevó a su casa de la localidad valenciana de Manuel y la subió al piso superior. En ese lugar empezó la pesadilla de esta joven.
En ese lugar Jorge Ignacio le pidió introducir cocaína en su vagina, algo a lo que ésta se negó rotundamente. Tras la tajante respuesta el presunto asesino le ofreció lo que parecía una copa: "Jorge me dio una bebida que creí que era un combinado y perdí el conocimiento de manera inmediata".
Cuando la chica recuperó el sentido, relata que tuvo que extraerse de los genitales dos rocas de cocaína, es decir, una cantidad muy elevada de droga que le hubiera podido causar la muerte por sobredosis al estar en contacto con mucosas.
Esta declaración se ha incorporado al atestado de la Guardia Civil entregado al juzgado de Instrucción número 6 de Alzira, encargado del crimen de Marta Calvo, y aporta luz sobre el 'modus operandi' que tenía este hombre, también investigado por la muerte de dos prostitutas en idénticas circunstancias en el centro de Valencia.
De hecho, este jueves el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana anunció que la investigación a Jorge Ignacio se ha ampliado a otras comunidades autónomaspara comprobar "si este modus operandi de los hechos tiene similitud con casos acaecidos en otras circunscripciones".
Dos mujeres murieron por los mismos hechos
El pasado junio una mujer colombiana de 26 años fallecía en extrañas circunstancias. Aparentemente murió por una sobredosis de cocaína mientras mantenía relaciones sexuales con un hombre, presumiblemente Jorge Ignacio, en un piso de mujeres prostituidas del centro de Valencia.
Él abandonó el apartamento de manera sigilosa y sin decir nada por lo que la joven no recibió atención médica y sus compañeras la encontraron cuando ya llevaba horas muerta. Los servicios de emergencias solo pudieron certificar su fallecimiento.
Ese no fue el único caso y es que la muerte dela primera mujer por la que fue investigado Jorge Ignacio ocurrió en marzo de este mismo año y en circunstancias similares. Él fue el último cliente de una joven de 32 años que murió en un hospital días después de haber sufrido convulsiones en un piso del mismo barrio, Ruzafa.
Los investigadores determinaron que Jorge entró en esa vivienda para consumir cocaína y tener sexo con esa mujer pero, poco después de haber accedido, salió de forma repentina con una actitud nerviosa. Cuando las compañeras de esa mujer entraron a la habitación la encontraron con una crisis convulsiva, espasmos musculares e inconsciente. Ellas llamaron a emergencias, pero la mujer falleció días después en el hospital.
Precisamente, como en estos dos casos, Jorge confesó ante la Guardia Civil que introdujo cocaína en los genitales de Marta Calvo. Ni la Guardia Civil ni el Juzgado de Instrucción de Alzira que lleva el caso de la joven valenciana han solicitado las diligencias de estas dos muertes a los juzgados de Valencia. Sí lo ha hecho la Policía Nacional, que pidió la información antes de que Jorge Ignacio se entregase en Carcaixent.
Arrestado en Murcia
Detenido el asesino de Talavera, uno de los diez fugitivos más buscados por la Policía
Estaba acusado de un asesinato cometido en 2009 en Talavera de la Reina (Toledo). Tenía pendiente cumplir una condena de 15 años. Se ocultaba junto a su mujer entre grandes medidas de contravigilancia.