EN ARGENTINA

La historia de un héroe cotidiano: el enfermero de 65 años que camina cinco horas cada día para atender a sus pacientes

La vida en los cerros de La Quebrada del Toro, Argentina, lleva años sin cambiar: la imposibilidad de desplazarse con vehículos no impide a Teófilo Cari, enfermero de 65 años, atender a sus pacientes, aunque tenga que andar cinco horas al día para ello.

Desde hace 32 años, Teófilo Cari, un enfermero de 65 años, sale de su casa ubicada en el paraje de la Capilla, a 3.200 metros del mar, para recorrer cinco horas de camino por los cerros de La Quebrada del Toro, en Salta, Argentina, en dirección a su puesto de trabajo en Las Mesadas.

Por esas latitudes donde los coches y otros vehículos de transporte no pueden transitar, las distancias se miden en horas y no en kilómetros. Teófilo bien lo sabe, pues, son ya más tres décadas haciendo el mismo recorrido para atender a sus pacientes sin otra opción que ir caminando. La de ir a caballo quedó descartada hace mucho, debido a una patología.

El tiempo por estos parajes también es distinto. "La forma de vida en estos lugares sigue prácticamente igual a la que conozco desde que nací. La gente sigue con la siembra, la ganadería y con el trabajo de los tejidos", contó el enfermero a 'Radio Salta' en una entrevista.

A lo largo de estos años, Teófilo se ha ocupado de asistir a los habitantes de estas tierras; algunos en situaciones realmente precarias, como el caso de una joven parturienta que no pudo esperar al helicóptero de emergencias, cuya llegada estaba teniendo dificultades por los fuertes vientos, y Teófilo tuvo que ayudarla a dar a luz a una niña que ahora, gracias a él, vive.

Poco más de 65 personas, la mayoría de ellas ancianas, quedan ya entre Capilla y Mesada. La mayoría de los jóvenes han emigrado a otros pueblos y ciudades en busca de una mejor calidad de vida.

A punto de cumplir los 65 años, a Teófilo le quedan pocos kilómetros ya que recorrer hasta su jubilación, pero, de momento, no piensa dejar que la distancia se interponga con su verdadera vocación: la de ayudar a otras personas.

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