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30 años de ruinas

El hotel Claridge: de parada obligatoria en la ruta de Madrid a Valencia al abandono absoluto

Ubicado en Cuenca, gozaba de éxito porque se situaba en la nacional III, ruta que conecta Madrid con Valencia. Cuando se inauguró la Autovía, su popularidad cayó drásticamente.

Hubo un día en el que Alarcón (Cuenca) fue sinónimo de éxito y bonanza. Y ello hay que agradecérselo al hotel Claridge, un emplazamiento que hace 30 años gozaba de tránsito constante y que, a día de hoy, solo refleja una sombra de lo que un día fue.

El lugar está abandonado y maltratado. Sus fachadas exteriores y su piscina están llenas de graffitis; los interiores están destruidos y llenos de cascotes, vestigios que un día fueron cimientos; y la maleza se ha colado entre sus grandes escaleras, generando sensación de abandono.

Deseada Lozano, extrabajadora del hotel, lo rememora con cariño: "No había otro hotel como este. Era todo enmoquetado, el bar, precioso… Era muy bonito". Elías Lozando, quien también prestó servicios allí, recuerda "hacer hasta 80 y 90 bocadillos y tortillas, ¡y a dos manos!".

La A3, su sentencia

El hotel gozaba de afluencia por su estratégica ubicación: se encontraba en la nacional III, la ruta que conecta Madrid con Valencia, y era parada obligatoria para los autobuses. Sin embargo, cuando se completó la autovía en 1992, su ocupación cayó a lo más bajo: "Ese mismo día se cerró. Dejaron el hotel tal como estaba: sus camas hechas, sus cacharros colocados… Todo igual", recuerda Isabel Aguilar, quien también trabajó en el emplazamiento.

La estructura estaba dividida en dos; un autoservicio, donde llegaban los pasajeros del autobús; y las habitaciones, un total de 36, cuyas vistas daban al pantano. Sus dueños lo han puesto en venta por 750.000 euros y se ha tratado de remodelar para transformarse en una residencia de lujo, pero su inversión millonaria ha frenado cualquier conato de remodelación.

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