ESTÁ EN LIBERTAD PROVISIONAL

Investigan a un hombre de 62 años por violar a la hija con discapacidad psíquica de su expareja

El Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla investiga a un varón de 62 años, como presunto autor de un delito continuado de abusos sexuales contra la hija, mayor de edad y con un grado dediscapacidad psíquica reconocido del 38%, de la que era su pareja sentimental.

El acusado, con dos hijos de una relación anterior, y la madre de la joven fueron pareja durante ocho años, relación que duró hasta que ésta conoció los hechos denunciados por su hija, quien, junto a su hermano menor de edad, fue adoptada por la mujer con una pareja anterior al varón denunciado, según han indicado fuentes del caso.

La joven denunciante, con 23 años actualmente, tiene diagnosticada una inteligencia límite, con alteración de la conducta y trastorno adoptativo, una limitación de sus capacidades intelectivas, que condicionan de manera importante sus capacidades volitivas, "le hace fácilmente influenciable", según el auto por el que el Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla acordaba el ingreso en prisión de E.F.B. en junio de 2016, si bien, el noviembre del 2017 el encausado logró quedo en libertad provisional tras el escrito presentado al juez instructor por su abogado David Pareja.

En el citado auto de 2016, el juez instructor recoge que la joven vive con su madre, quien no convivía con el acusado en los primeros años de relación con éste, que pernoctaba en ocasiones en casa de su pareja por aquel entonces. A partir de septiembre de 2014, sí vivían juntos en casa de la denunciante.

Durante su declaración, el acusado, en libertad provisional con obligación de comparecer en la Oficina de Presentaciones del Juzgado Decano y con prohibición de aproximarse a menos de 300 metros o de comunicar con la joven, negó los hechos denunciados y cualquier tipo de relación o contacto sexual con la hija de su expareja, aunque sí que reconoció que recibió dos fotos desnudas de ella en el móvil, pero "las borró".

Además, admitió que "su fallo fue no contarle a su pareja" que su hija "siempre andaba buscándole" y le "acosaba", quien incluso "le dio un beso en los labios sorpresivamente delante de la madre".

De otro lado, obra en la causa fotografías de un calendario incluido en una aplicación del móvil de la joven para calcular sus periodos de fertilidad, ovulación y menstruación. En el calendario, según explicó ella en su declaración judicial, iba haciendo anotaciones a diario de las relaciones que mantenía con la pareja de su madre. Estas anotaciones, a las que ha tenido acceso Europa Press, recogen de manera muy explícita y detallada las relaciones.

Igualmente, obra en la causa dictamen técnico facultativo de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social sobre el grado de discapacidad, el atestado de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional realizado tras la denuncia presentada por la madre y la joven por abusos sexuales con penetración, así como el informe médico forense del Instituto de Medicina Legal de Sevilla sobre la salud mental de la denunciante.

El citado informe concluye que la joven presenta una inteligencia "límite o retraso mental ligero" en una personalidad "inmadura"; "dificultad para la previsión y orientación de su propia vida"; "fácilmente influenciable"; que "conoce lo que es una relación sexual y las diferencias entre tocamientos, penetración, felación,..."; y que "sus capacidades para conocer la ilicitud de los hechos y la trascendencia de la judicialización del caso son suficientes".

A este respecto, el informe, en sus consideraciones médico-legales, expone que la joven "tiene capacidades intelectivas y volitivas suficientes para conocer las diferencias entre el bien y el mal".

La causa, que en sigue fase de instrucción, está a la espera de la práctica de nuevas diligencias. Así, el abogado de la defensa, David Pareja, ha solicitado que vuelvan a valorar los forenses el grado de discapacidad de la joven y que, entre otras cuestiones, analicen si es compatible los comentarios recogidos con todo detalle en su diario en el móvil con la actitud de una joven víctima de abusos sexuales. Asimismo, valorar su capacidad de decisión para saber y tener conocimiento de lo que hace, para comprobar que "no fue intimidada ni coaccionada", como expone la denunciante. Además, ha solicitado para su cliente la práctica, de nuevo, de una prueba de impotencia sexual, con la que pudiera descartarse, como dice la joven, que la penetrara de forma anal.

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