HABLA UN TESTIGO DEL CHOQUE
Jordi Hernández, testigo del accidente de la montaña rusa del Parque de Atracciones de Madrid: "Uno de los trenes se ha quedado clavado y no respondía"
En el accidente de la montaña rusa en elParque de Atracciones de Madrid han resultado heridas 33 personas. Un testigo que estabaesperando a subirse en la atracción ha explicado que un tren a chocado con otro que iba a "gran velocidad".
"Mientras estábamos esperando, el tren se ha quedado clavado", ha explicado, al tiempo que ha señalado que veían que los trabajadores "no conseguían echarlo para adelante" y que pese a que los operarios estaban dando a los botones, "la cosa no funcionaba" ha asegurado Jordi Hernández.
De hecho, ha explicado que su mujer "ha discutido con una" (trabajadora) a la que ha pedido "que parara la atracción". Según el relato de este testigo, el encargado "ha salido corriendo, se ha metido en la torre de control" y mientras lo hacía, "no ha dado tiempo y ha venido el otro tren por detrás y le ha metido un viaje que no veas".
"Con las gafas la gente no esperaba el golpe y la mitad se ha dejado los dientes o la espalda", ha señalado Hernández, quien ha indicado que hay "un montón de niños" con collarín, porque "nadie esperaba el porrazo". También ha explicado que otros han salido en brazos y que también había personas que estaban siendo atendidas en el lugar. "El tren se ha quedado parado en la entrada. No han conseguido echarlo para adelante y el otro ha venido a velocidad y se ha pegado un porrazo", ha insistido Hernández, quien ha indicado que hay un botón de emergencia y que no entienden por qué no lo han apretado si han visto que "no tiraba".
En su opinión, de haber dado al botón de emergencias, la atracción a lo mejor se hubiera quedado colgada y sólo hubiera sido necesaria la intervención de los bomberos, quedándose todo en una "anécdota" en lugar de un accidente.
Otro gasto más
La denuncia de los trabajadores sobre las cenas de Navidad: tan solo un 15% las pagan las empresas
Las cenas de empresa ya no son lo que eran. Los trabajadores se quejan de que estos eventos tienen precio de oro y que ya no los paga la empresa, sino que el dinero sale de su propio bolsillo.