TIENE SEIS MESES PARA DEMOLER SU CASA

Josefa, a la espera de decidir qué hacer con su casa

Josefano sabe qué va a pasar ahora con ella y con su familia. Ha pasado su primera noche en libertad y ha dormido en su casa, en ésa que sabe que tiene que derribar. El Gobierno canario le ha ofrecido otra, a 25 kilómetros. Ella se lamenta, ya que eso supone cambiar a los niños de colegio, y adecuar la de ahora, legalizarla, sabe que es un coste que no puede asumir. El Consejo de Ministros acaba de aprobar su indulto.

Los familiares y amigos de Josefa abarrotaban el Puerto de Corralejo. La mujer ya está en Fuerteventura, después de que la Audiencia Provincial ordenara su puesta en libertad. Salía entre aplausos también de la prisión de Tahíche, en Lanzarote.

"Cuál fue mi sorpresa cuando, al entrar en el módulo 7, todo el mundo me estaba echando", asegura Josefa. Tres días entre rejas en los que Josefa no se ha sentido sola: "Hasta los chicos me han escrito cartas", dice riendo.

Y fiesta hasta la madrugada en su casa de toda la vida: "Estoy contenta porque mi madre está en casa, de donde no tendría que haber salido", asegura la hija. El auto de la Audiencia suspende la pena de carcel, pero también recrimina a Josefa su actitud.

Además, el indulto que aprobado por el Consejo de Ministros no afecta al desenlace de la casa donde vive junto a cinco familiares. Josefa tiene que derribar la parte que está en suelo protegido.

El Gobierno canario les ha ofrecido una casa de manera temporal a 25 kilómetos de la suya. Minerva Zerpa explica que "el Gobierno le ha ofrecido una casa, ya la hemos aceptado y ahora queda el proceso del derrumbe de la casa". Un coste que Josefa no sabe cómo asumir.

Josefa insiste en que no tiene "medios económicos. No tengo manera de hacer nada, me queda esperar que ellos me ayuden". Si no quiere volver a prisión, Josefa tiene seis meses de plazo para demoler su casa.

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