TRAS LA REAPERTURA DE GAROÑA

La antigüedad del parque nuclear español abre el debate sobre el apagón definitivo de los reactores

El visto bueno del Consejo de Seguridad para la reapertura de Garoña abre el camino a la ampliación de la vida del resto de centrales en nuestro país. De los diez reactores construidos, siguen activos siete.

Las centrales nucleares españolas podrían llegar a la tercera edad. Hoy en día, en España hay cinco centrales activas: Vandellós, Cofrentes, Trillo, Ascó y Almaraz. Estas dos últimas con dos reactores. Tienen una media de 33 años y han tenido que ser reparadas en varias ocasiones.

"Todos los sistemas ya están muy envejecidos. El día que no falla uno falla otro", explica Paco Castejón, físico nuclear y portavoz de Ecologistas en Acción. Sin embargo, los defensores de esta fuente de energía ponen cifras sobre la mesa: una de cada cinco bombillas se encienden gracias a la energía nuclear. En 2016, las cinco centrales generaron el 21,4% de la electricidad consumida.

"Producen una electricidad abundante, libre de emisiones y que tiene muchas ventajas desde el punto de vista de contribución al Producto Interior Bruto", considera el director de estudios y apoyo técnico del Foro Nuclear, Antonio González.

Las licencias de Almaraz I y Cofrentes son las próximas en expirar: en 2021. El resto también lo hará en los próximos diez años, pero, tal y como ha ocurrido con Garoña, el Consejo de Seguridad Nuclear les exigiría medidas adicionales de seguridad para seguir operando. Para los ecologistas estas nuevas medidas son meros parches. "Las medidas adicionales solo parchean. Crece el riesgo para la población", insiste Castejón.

En la Unión Europea no existe una posición común sobre el apagón nuclear, pero algunos países como Alemania ya han establecido un calendario de cierre. Francia, que es uno de los más nuclearizados del mundo, también ha anunciado que cerrará su central más antigua: tiene 40 años.

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