LOS DETALLES DEL CASO

La doble vida del descuartizador de Marta Calvo: se hacía pasar por estudiante universitario

La pista de Marta Calvo se perdió en uno de los domicilios del hombre que hoy se ha entregado, Jorge Ignacio. Además de contar con un largo historial delictivo, el detenido llevaba una doble vida.

El asesino confeso de Marta Calvo, Jorge Ignacio, de 37 años, llevaba una doble vida. En la población valenciana de Manuel apenas se le conocía. Allí tenía un piso alquilado a nombre de su madre, que declaró el lunes en dependencias policiales. Cuando le preguntan por si sabe que su hijo se ha entregado, ella responde: "Sí ya lo sé. Creo que estoy tranquila, ya sé que apareció. Yo solo quiero que todo se aclare".

También estaba a nombre de su madre otra vivienda en l'Olleria, a 25 kilómetros, donde se hacía pasar por estudiante universitario y por una persona agradable y sociable.

Pero todo era fachada y es que Jorge Ignacio tiene un largo historial delictivo. Tiene antecedentes por tráfico de drogas y resistencia a la autoridad. También se le investigó por omisión del deber de socorro a una mujer, con la que estuvo justo antes de que falleciera.

Con su detención ahora se arroja algo de luz sobre esta investigación y esta búsqueda, que tiene angustiada a la familia de Marta. Todo comenzó en la casa de Jorge en Manuel: la chica quedó allí con él el día siete de noviembre y le mandó la ubicación a su madre.

Cuando la madre perdió el contacto de su hija, se acercó hasta allí y se encontró con Jorge, que negó que la conociera. A partir de ahí, denunció.

También la buscaron en l'Olleria e incluso en la planta de residuos de Guadassuar. La fuerte presión policial ha podido influir en su entrega, pero ha tenido más de 25 días para manipular pruebas.

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