JUICIO POR EL CRIMEN DE DIANA QUER
La madre de Diana Quer se derrumba al encararse con ‘El Chicle’ en el juicio: "Chiquilín"
Visiblemente afectada, entre lágrimas, la madre de Diana Quer, Diana López-Pinel, ha recordado este martes a su hija y el día de su desaparición, en el que se alarmó al no encontrarla en su casa por la mañana. "A las ocho y media yo ya sabía que algo malo había pasado", ha destacado.
Diana López-Pinel, la madre de la joven Diana Quer asesinada
en Galicia en agosto de 2016, ha detallado en el juicio contra el único
acusado, José Enrique Abuín Gey, alias ‘El Chicle’, los efectos que sobre ella
y su hija Valeria tuvo el crimen. "No me morí de pena de milagro".
Antes de que se iniciase la vista, López-Pinel ha protagonizado un incidente al abandonar las instalaciones porque, según ha
dicho, no quería estar al lado de su exmarido, Juan Carlos Quer, citado como
ella en calidad de testigo.
Tras la declaración de su exmarido, ha sido el turno de
López-Pinel, a quien el presidente del tribunal, Ángel Pantín, ha tenido que
llamar la atención después de que la testigo protestara porque, según ella, no
ha tenido acceso al sumario.
"Los problemas con su abogado los tiene que resolver
con él", le ha reconvenido el presidente de la sala.
No ha sido la única vez, porque poco después, al ser
preguntada por la constitución física de su hija Diana, López-Pinel ha
respondido que era muy frágil como seguramente sabía El Chicle. "Lo sabrá
su asesino, digo yo. ¿Verdad chiquilín?".
La madre de Diana ha asegurado que la relación con su hija
era "espectacularmente buena", no ha podido evitar las lágrimas
cuando la ha definido como una persona "bondadosa", aunque también
"muy miedosa", a la que le daban "pavor" las películas de
terror.
Ha reconocido que a las 8 de la mañana del día siguiente a
la desaparición de su hija ya sabía que algo malo había pasado, ha relatado que
Diana se cambió de ropa antes de irse a las fiestas de A Pobra do Caramiñal (A
Coruña), al menos de pantalón, pero no sabe de qué color era el que se puso.
Durante la instrucción, la madre de Diana aseguró que era de
color blanco, en tanto que el que se halló entre las pertenencias de la joven
era rosa.
Tanto ella como su hija menor, Valeria, tuvieron ingresos
hospitalarios para tratar los efectos psicológicos que les provocó el crimen,
ha indicado López-Pinel antes de asegurar: "No me morí de pena de
milagro".
"Todo el mundo que tiene hijos debería entender que es
la peor situación que se le puede presentar a una madre", ha recalcado.