LA XUNTA ADVIERTE DEL DELITO

Las mariscadoras denuncian a los 'furtivos de bañador', los turistas que les roban el género en la Ría de Arousa

Las mariscadoras gallegas están en pie de guerra contra lo que llaman 'furtivos de bañador', turistas que se dedican a robarles el género que ellos siembran en la Ría de Arousa. Almejas, berberechos y hasta nécoras. La Xunta advierte: el que quiera marisco, que vaya al mercado o al restaurante.

Una lancha deshinchada es perfecta para llevarse siete kilos de almejas y una mochila ideal para irse con 15 kilos. Las mariscadoras denuncian con fotos cómo los turistas se llevan su género.

Por su parte, los turistas se defienden: "He visto una almeja, la he marcado para enseñársela a los niños y me ha visto la mariscadora y me ha dicho que si no sabía que se podía mariscar".

En los últimos años, el turismo en las Rías Baixas se ha triplicado y con ello la desaparición de marisco.

Las mariscadoras se gastan más de 250.000 euros al año en repoblar de almejas las playas, pagan su seguro y sólo pueden recoger cuatro kilos al día y de talla grande.

Piden también a los padres que no dejen jugar a los niños donde hay marisco porque lo dejan al descubierto exponiéndolo a los depredadores.

Las mariscadoras quieren dejar claro que una cosa es el ocio y otra el trabajo y su medio de vida.

Los vigilantes no dan abasto y muchos turistas reprueban estos actos: "No compramos a furtivos, pero sobretodo no robamos en la playa". La legislación es clara coger marisco, incluso lapas, es hurto.

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