¿Cambiar o reparar?

Una ley obligará a los fabricantes de aparatos electrónicos a repararlos para reducir residuos

La Unión Europea quiere que los fabricantes de aparatos electrónicos los reparen dentro de un "plazo razonable" para evitar la creación de residuos. Por su parte, las tiendas de reparaciones se quejan de que no reciben todas las piezas de repuesto necesarias.

La Unión Europea quiere que los fabricantes de aparatos electrónicos estén obligados a repararlos antes que a cambiarlos si se estropean dentro de un "plazo razonable"; y deberán hacerlo, también, dentro de un precio razonable.

Por su parte, las tiendas de reparaciones se quejan de que no reciben todas las piezas de repuesto necesarias y es más "cómodo" para las marcas sustituir el producto. Aunque reparar a un precio razonable ayudará además a reducir residuos.

Mitad de mes y el electrodoméstico o nuestro dispositivo electrónico favorito se estropea. "Yo creo que las cosas electrónicas tienen un tiempo de duración", comenta una mujer. Sí, eso justo es lo que se conoce como obsolescencia programada porque, aunque "los trates muy bien se van", tal y como dice uno de los entrevistados.

Nos dicen adiós sin avisar, pero antes de despedirlos del todo muchos intentan repararlos. "Siempre lo llevo a reparar", comenta un hombre. Y, es que, al móvil se le tiene un especial apego, aunque la vendedora en una tienda de arreglos tiene otra opinión: "La gente no arregla móviles".

¿Cambiar o reparar? Esa es la cuestión y todo depende en función del objeto y tiempo que tenga. "Si es de hace 20 años o así lo cambiamos antes que repararlo", comenta un entrevistado. Aunque esto se vuelve, a veces, misión imposible porque "es más difícil encontrar sitios para reparar".

Por su parte, Europa insiste en el derecho a reparar y a darle una segunda vida a todos los aparatos electrónicos. "La media de años de los objetos de segunda mano no suele pasar de 8 ó 9 años porque, si es más tiempo, ya tienes problemas para encontrar repuestos", afirma el propietario de una tienda.

Con esta nueva medida, los fabricantes están obligados a proporcionar todas las piezas y manuales para garantizar una reparación completa y se propone que, si una vez arreglado, en el plazo de un año se vuelve a estropear se podrá volver a arreglar.

El consumidor podrá elegir entre reparar o sustituirlo, aunque la oportunidad de darle una segunda vuelta ayuda también al medioambiente.

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