ESCABROSO CASO

Los vecinos del joven detenido por descuartizar a su madre y comerse sus restos cuentan que las peleas eran constantes: "Oía cómo se pegaban"

Una amiga de la madre fue quien alertó a la Policía porque llevaba tiempo sin verla. Cuando los agentes entraron en el domicilio encontraron a la mujer descuartizaday repartida en táperes por varias habitaciones.

Cuando la Policía llegó a su casa, reconoció que había matado a su madre, que la había descuartizado y metido en táperes y que se había comido algunos trozos. Esta ha sido la tremenda confesión del hombre de 26 años detenido en Madrid. Fue una amiga de la madre la que alertó a la Policía porque llevaba tiempo sin verla.

Un joven de 26 años ha sido detenido tras haber encontrado en su casa una escena de un tremendo horror. "Cuando los policías consiguen acceder al domicilio se encuentran una escena dantesca, se encuentran el cadáver de la madre del detenido descuartizado", explica Ricardo Gutiérrez, portavoz de la Policía Nacional.

La madre de 66 años estaba troceada en pedazos muy pequeños, dentro de la vivienda que compartía con su hijo en el barrio de Salamanca, en Madrid. El chico ha reconocido que no sólo practicó el canibalismo, sino que también le ofreció fragmentos de su madre su perro. Él mismo se lo ha contado a los agentes que encontraron a la mujer descuartizada y repartida en táperes por distintas dependencias de la casa. En la comisaría, sin embargo, se ha negado a declarar.

En su barrio, donde están horrorizados, era de sobra conocida la violencia que se vivía dentro de la casa. "Oía cómo se pegaban y se insultaban, incluso una vecina me dijo que se iban a matar", relata una mujer.

Fue precisamente una amiga, muy preocupada, la que alertó a la Policía porque llevaba un mes sin verla. Se temía lo peor porque el chico tiene, según la Policía, 12 antecedentes, la mayoría de ellos por malos tratos en el ámbito familiar.

En el vecindario cuentan que el padre murió hace años, que tiene un hermano con el que no guarda relación. Los únicos que seguían viéndose eran madre e hijo, sumidos según los vecinos, en un constante infierno.

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