En China

La lucha de un padre consigue que se reúna con su hijo, desaparecido hace 23 años

Guo Xinzhen fue secuestrado a los dos años y su padre comenzó una búsqueda por toda China que inspiró una película y en la que recorrió en veinte años más de 500.000 kilómetros a lo largo de veinte provincias en diez motocicletas.

El Ministerio de Seguridad Pública de China informó del resultado de una campaña de búsqueda de niños desaparecidos que ha encontrado a 2.609 menores, entre ellos Guo Xinzhen, un niño secuestrado en 1997 cuyo padre emprendió una búsqueda por todo el país que llegó a inspirar una película en 2015.

La campaña llamada "Reunión", puesta en marcha a finales de 2020, se apoya en una base de ADN para reunir menores desaparecidos o secuestrados con sus familias. Según el Ministerio, el hallazgo de estos menores, muchos ya adultos por haberse alargado su caso durante años, ha dado pie al arresto de 372 sospechosos de secuestro y trata.

El ADN fue decisivo para encontrar a Guo Xinzhen en la provincia central de Henan e identificarlo como hijo de Guo Gangtang.

Guo Xinzhen fue secuestrado a los dos años y medio el 21 de septiembre de 1997 cuando jugaba con desconocidos en la puerta de su casa en la provincia de Shandong, contigua a Henan.

Su padre, Guo Gangtang, comenzó una búsqueda en toda China. Según la descripción de su página web personal, Guo Gangtang recorrió en veinte años "más de 500.000 kilómetros a lo largo de veinte provincias en diez motocicletas" que se le averiaron durante el trayecto.

Tras encontrar a Guo Xinzhen la Policía arrestó a dos personas sospechosas de su secuestro hace 24 años, delito que cometieron presuntamente con la esperanza de vender al menor.

La historia del padre se hizo popular y en 2015 se estrenó la película "Lost and Love", protagonizada por la estrella hongkonesa Andy Lau y basada en sus vivencias. Por lo conocido del caso, el hallazgo de Guo Xinzhen ha sido muy comentado en las redes sociales chinas.

En la red social Weibo, abundan los mensajes de felicitación al padre, pero también las peticiones de un duro castigo para los secuestradores. El secuestro de niños es un problema social persistente desde hace décadas en China, donde tecnologías como las de análisis de ADN o el reconocimiento facial han ayudado en los últimos años a resolver numerosos casos que llevaban años atascados.

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