Han condenado a los agresores

Matan a un perro por asfixia tras atarle y amordazarle con cinta aislante en una finca de Teguise, en Lanzarote

Las dos personas implicadas en la muerte de 'Timple', nombre del animal, han sido condenados a cuatro meses de prisión y una inhabilitación especial de 16 meses. Uno de ellos ha querido explicar su versión de los hechos.

El Juzgado de Instrucción número uno de Arrecife ha condenado a dos personas, un hombre de 39 años y una mujer de 41, a cuatro meses de prisión por un delito de maltrato animal con resultado de muerte. Según ha informado el 'Diario de Lanzarote', la pareja asfixió a un perro tras entrar en su vivienda en Teguise.

Los agresores fueron condenados además a una inhabilitación especial de 16 meses "para ejercer profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la propia tenencia de animales". En el vídeo, cuyas imágenes pueden herir la sensibilidad de las personas, aparece el animal, llamado 'Timple', atado y amordazado mientras ladra desesperado e intenta escapar de allí. Estas imágenes llegaron al Ayuntamiento.

Al animal le cerraron el hocico con cinta aislante. Al mismo tiempo, le pusieron una brida y lo ataron con una cuerda al cuello y a sus extremidades, una acción que ha conmocionado e indignado al municipio de Teguise. En este sentido, plataformas animalistas han reclamado endurecer las penas relativas al maltrato animal porque, cuando finalice la condena “podrán hacer lo mismo con toda su impunidad”.

A través de una carta y un vídeo enviado a 'La Voz de Lanzarote', el hombre implicado en la muerte del perro ha querido explicar su versión, afirmando que tanto su pareja como él nunca buscaron que 'Timple' "sufriera ni muriera", si bien en ese mismo vídeo reconoce que actuaron "muy mal". Ha señalado que ambos llevaban "más de tres años alimentando y dando hogar al animal y llamando al servicio de animales”.

"No queríamos este trágico final", ha continuado el hombre condenado que en esa misma explicación ha asegurado que no desataron al perro ni le quitaron la mordaza de la boca por miedo a que les hubiera "mordido". "Ella no le soltó porque estaba sola y temía que le atacara”, ha apuntado, para concluir que "todo fue un desastre y nunca fue la intención dañarlo”.

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