Imágenes que pueden herir su sensibilidad

El momento del ataque mortal contra el sacristán de Algeciras

El ahora detenido hirió al sacerdote de la Iglesia de San Isidro y, posteriormente, acabó con la vida del sacristán de La Palma en la Plaza Alta, a la vista de varias personas que presenciaron e incluso grabaron el asesinato.

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El hombre que acabó este miércoles con la vida de Diego Valencia, sacristán de la Iglesia de La Palma en Algeciras, lo hizo en plena calle y ante testigos, tal y como incluso grabaron algunos de ellos, que captaron cómo el atacante, posteriormente identificado como Yassine Kanjaa, le asesinaba con un arma blanca. Las imágenes del momento -de cuya dureza advertimos- muestran a la víctima inerte en el suelo y al agresor blandiendo un machete de gran tamaño en presencia de otros viandantes.

El autopor el que el juez de la Audiencia Nacional autorizó el registro de la vivienda del ahora detenido, un joven de 25 años de origen marroquí y vecino de la localidad gaditana, recoge la secuencia de los hechos, que comenzaron a las 18:30 horas cuando el agresor entró en la Iglesia de San Isidro e inició una discusión con los feligreses.

A este templo regresó posteriormente, sobre las 19:40 horas, e hirió de gravedad al sacerdote con "un machete de grandes dimensiones". De acuerdo con el auto, intentó atacar a otra de las personas allí presentes antes de dirigirse a la cercana Iglesia de La Palma. De allí salía en ese momento el sacristán, contra quien el agresor inició "varias acometidas", causándole unas primeras lesiones.

La víctima intentó huir, pero el atacante le alcanzó en la Plaza Alta de Algeciras, donde, según recoge el auto del juez, "una vez que le tiene en el suelo, sujeta la catana con ambas manos y alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra 'allah' le asesta una última estocada mortal".

La Audiencia Nacional investiga como terrorismo estos hechos, que el magistrado Joaquín Gadea ha tipificado de forma indiciaria como un delito de asesinato y lesiones con instrumento peligroso con fines terroristas, castigados con la pena máxima contemplada en el Código Penal, la prisión permanente revisable.

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