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Se tiró desde un cuarto piso

Muere el hombre que apuñaló a sus padres octogenarios y después se arrojó desde su balcón en Bilbao

Tras más de tres horas atrincherado en el piso, el hombre se arrojó desde el balcón de la cuarta planta. El hombre sobrevivió a la caída y fue trasladado a un hospital, donde ha muerto hace unas horas.

El hombre que este viernes apuñaló a sus padres en su domicilio del barrio de San Adrián en Bilbao y después se arrojó desde un cuarto piso, ha fallecido en el hospital en el que estaba ingresado. Tras precipitarse desde su balcón, el hombre fue evacuado en ambulancia a un centro hospitalario, donde quedó ingresado bajo custodia policial al estar detenido acusado de homicidio en grado de tentativa y allí ha fallecido de madrugada, según ha informado la Ertzaintza este sábado.

La Policía vasca cree que este mismo hombre fue el conductor que el viernes por la mañana cayó con su coche desde la cuarta planta del aparcamiento del aeropuerto de Loiu, una caída en la que resultó ileso y tras la que se marchó apresuradamente del lugar.

Unas horas después, sobre las 15:00 horas, ese individuo agredió presuntamente con un arma blanca a sus octogenarios padres en el piso familiar en la calle San Adrián, en el barrio del mismo nombre. El padre y la madre fueron rescatados por los agentes y trasladados a un centro hospitalario para ser atendidos de las heridas sufridas, que en principio no parecen poner en peligro sus vidas.

Tras más de tres horas atrincherado en el piso y en medio de un amplio despliegue policial y de emergencias, el hombre se arrojó desde el balcón, también una cuarta planta como en el aeropuerto. Los bomberos de Bilbao habían colocado colchonetas bajo el balcón y el hombre fue recuperado con vida y trasladado en una ambulancia a un hospital, donde finalmente fallecía.

Según han comentado a la agencia Efe vecinos de la calle San Adrián, este hombre ya había protagonizado anteriormente otros incidentes en el barrio, como salir desnudo al balcón de su vivienda. Tres agentes de la Ertzaintza y un negociador intentaron convencerle, desde un balcón colindante con su vivienda, de que depusiera su actitud y se entregara, pero finalmente a las 18:20 horas se arrojó al vacío.

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