Un año del asesinato
La paliza que mató a Samuel Luiz hace un año: tres detenidos y una grabación que sigue sin aparecer
El joven murió víctima de una paliza por parte de unos agresores que no le conocían pero que le proferían gritos de "maricón" mientras le golpeaban hasta la muerte. Esto es todo lo que se sabe del caso.
Samuel Luiz murió por un traumatismo craneoencefálico provocado por los incesantes golpes que sus agresores le propinaron mientras el joven estaba inmovilizado en el sueloy le gritaban"maricón". Tenía 24 años y murió a las puertas de un pub de A Coruña donde había estado con amigos. Ellos siempre han mantenido que lo que motivó la paliza mortal fue su orientación sexual.
Los hechos ocurrieron el 3 de julio de 2021, el caso conmovió a toda España y movilizó al colectivo LGTBI. Un año después, recordamos lo que ocurrió esa madrugada y lo que se ha sabido hasta ahora.
Empezamos por el final. Lo último que se sabe del caso es que la Policía busca la grabación de la propia paliza. Hasta ahora han analizado entre 40.000 y 50.000 fotos e imágenes del contenido de los teléfonos de los siete implicados y allí no está, un hecho que sorprende a los investigadores. Por eso creen que puede estar en el material que borraron de sus redes.
Estados Unidos ya ha autorizado a las redes sociales de WhatsApp, Facebook e Instagram a que faciliten a la Policía Nacional española el contenido del material que los implicados en la agresión borraron de sus teléfonos móviles. Porque esta paliza, como tantas otras, fue grabada en vídeo y en algún momento compartida en redes sociales, pese a que todavía no se han encontrado estos documentos.
En cuanto a los agresores, del grupo de chavales que participó en la agresión hay tres hombres en prisión, otro varón y una mujer en libertad, y dos jóvenes que eran menores de edad en el momento de los hechos y que permanecen internados en un centro tras haber sido condenados.
Todos ellos participaron en el apaleamiento que terminó con la vida del joven gallego. Como se ha conocido por el relato de los testigos, Samuel "no se defendió en ningún momento ni hizo ningún acto de violencia contra sus atacantes", y aunque sí trató de levantarse en varias ocasiones para huir no lo consiguió, porque las patadas y los puñetazos eran constantes.
A continuación recordamos qué sucedió aquella fatídica noche.
Lina, la amiga presente en el asesinato
Lina Fernanda es la amiga de Samuel con la que estaba haciendo una videollamada frente al pub donde ocurrió la discusión. Según el relato, que quedó recogido en el atestado policial, salieron juntos del local alrededor de las 2:40 horas y decidieron hacer una videollamada a través de Instragam desde el teléfono de Lina a otra amiga.
Fue entonces cuando un joven se acercó y, dirigiéndose a Samuel, le dijo que dejase de grabarnos. Samuel le explicó que no les estaban grabando a ellos, sino que estaban haciendo una videollamada, pero el chico desoyó sus explicaciones y empezó con las amenazas: "Deja de grabar, a ver si te voy a matar, maricón".
Instantes después comenzó la paliza, agarrándole "fuertemente por el cuello en varias ocasiones" y "empujándole" hasta tirarlo al suelo donde procedió a pegarle puñetazos en la cara. "Aunque no sé conocían, ambas están convencidas de que este individuo insultó a su amigo llamándole 'maricón', porque quería que se molestase ya que por su apariencia, Samuel, podría aparentar ser homosexual", recoge el atestado sobre el relato de Lina.
"Te vas a morir, maricón de mierda"
Al testimonio de su amiga Lina se suman el de otros testigos, entre ellos amigos de Samuel que tuvieron claro desde el primer momento que la paliza mortal que recibió estuvo motivada por su orientación sexual.
"Le decían: 'te vas a morir, maricón de mierda, no tengo nada que perder'", cuenta uno de los testigos, mientras que otro afirma que a Samuel lo asesinaron "por homofobia".
También el testimonio de una joven que se cruzó con los agresores momentos después corrobora esto. "La chica estaba muy enfadada por una pelea en la que, al parecer, estaba su novio, y le recriminó: 'Cómo lo dejasteis, algún día te darán a ti las hostias'. Y que el chico a continuación dijo: 'Puto maricón, si era un maricón de mierda'", recoge el sumario.
Los senegaleses que le socorrieron
Ibrahima y Magatte son los dos senegaleses que no se lo pensaron e intentaron ayudar a Samuel, frenar su agresión. Intervinieron en cuanto vieron la paliza que le estaban dando al joven e incluso usaron sus cuerpos como escudo, lo que provocó que uno de ellos recibiese los golpes que iban dirigidos a Samuel.
Su papel fue determinante también en la investigación, pues ayudaron a identificar a los implicados. Es por eso, por su acto heroico, por lo que la Delegación del Gobierno en Galicia decidió concederles el permiso de trabajo y residencia, lo que les ha permitido poder trabajar legalmente, enviar dinero a su familia y dejar de ganarse la vida vendiendo en la calle como hacían antes.
Sin duda, explicaron, si volviesen a ver algo así se meterían "sin pensarlo". Su mensaje, claro: "Somos humanos como él". Y esa humanidad y valentía fue lo que les hizo ganarse el cariño de todos los amigos de Samuel.
"Estoy muerto en vida": así habló el padre de uno de los implicados
LaSexta pudo hablar en exclusiva con el padre de uno de los implicados (puedes escuchar sus palabras en el link anterior). Aseguraba que se sentía "muerto en vida" y con "culpabilidad dentro" porque su hijo estaba implicado en el asesinato.
Aunque pensaba que no serviría como consuelo, no dudó en mandar un mensaje a la familia de Samuel, compartiendo su dolor: "Me pongo en el lugar de la familia, pienso en cómo están ellos porque la muerte de un hijo es lo peor que puede haber. Les doy el pésame, aunque sé que no va a valer para nada. Estoy sufriendo con ellos", agregó.
Valorado en 200.000 euros
Roban 400 jamones ibéricos y 500 cañas de lomo en una empresa de Huelva
La empresa Jamones Eíriz, ubicada en Corteconcepción (Huelva), ha denunciado ante la Guardia Civil el robo de 400 jamones de Jabugo y 500 cañas de lomo de bellota. Todo ello valorado en unos 200.000 euros.