EL ACUERDO ENTRE RUSIA Y ESPAÑA CIERRA LA PUERTA A LOS GAYS QUE QUIERAN ADOPTAR
“Para poder adoptar en Rusia teníamos que fingir ser solteros y ser monoparentales”
Rusia y España han firmado esta semana el convenio que desbloquea la adopción de niños rusos. Un alivio para 600 familias que tenían paralizados sus procesos hace ya casi un año. Sin embargo este acuerdo ha cerrado la puerta definitivamente las parejas homosexuales y a los padres y madres solteros que ya no podrán adoptar niños de este país. Asociaciones de gays y lesbianas creen que el Gobierno ha cedido ante las presiones rusas. Gabriel es uno de estos casos.
Después del convenio firmado entre Rusia y España existen pocas familias homoparentales que hayan conseguido adoptar a un niño en Rusia. Gabriel llegó a España hace 10 años pero entoncessus padres tampoco pudieron adoptarlecomo una pareja. “Decidimos que iba a ser más fácil que me concediesen la adopción o pasar por el proceso de idoneidad yo, antes que él”, explica Jesús Santos, padre del niño adoptado en Rusia.
Porque, dicen,la legislación rusa siempre ha sido muy estricta con los homosexuales. Y ahora, el convenio firmado por Rusia y España cierra definitivamente las puertas a familias como la suya. “Lo que se tiene que valorar es las posibilidades que tú tienes de tener una buena familia, independientemente de la persona que esté acompañándote en ese proyecto de vida”, afirma Estefanía González, miembro de la Asociación de familias de gays y lesbianas ‘Galehi’.
Pero el acuerdo va más allá, porque Moscú se reserva el derecho a solicitar que un menor sea reubicado si su situación familiar no es la misma que cuando se le adoptó. Por eso muchas familias temen que se ratifique. “Nuestros hijos son nuestros hijos. Independientemente de que sea por vía de adopción o por cualquier otra vía son nuestros hijos. Y son tan hijos como los de cualquiera”, declara Jesús Santos.
Antonio Vila-Coro tiene una hija por gestación subrogada, pero llegó a hacer el curso preparatorio para adoptar y Rusia era uno de los destinos. “Entonces ahí nos planteamos, seguimos o no, porque claro, teníamos que fingir ser solteros, ser monoparentales para poder continuar con el proceso”, argumenta. Con el veto ruso, a los gaysse les acaban las opciones para ser padres. Sólo les queda el acogimiento y la gestación subrogada.