PRISIÓN COMUNICADA Y SIN FIANZA

Prisión para un hombre acusado de cinco agresiones sexuales con arma blanca y robo con violencia en Tarragona

El agresor ya había cumplido una condena de 11 años por un delito contra la libertad sexual. También está acusado de cuatro delitos de lesiones leves.

El juzgado de guardia de El Vendrell, Tarragona, ha acordado prisión provisional, comunicada y sin fianza, para un detenido como presunto autor de cinco agresiones sexuales con instrumento peligroso, robo con violencia y cuatro delitos de lesiones leves, además de otro de lesiones.

En un comunicado, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha informado de que el individuo ya había cumplido una condena de 11 años de prisión por un delito contra la libertad sexual.

Los Mossos d'Esquadra han detallado que el hombre fue arrestado en El Vendrell por presuntamente haber cometido cuatro agresiones sexuales en el área de Tarragona y una en la Región Policial Metropolitana Norte, y que sus víctimas eran mujeres jóvenes mayores de edad.

Según el auto, la primer agresión se produjo cuando el hombre abordó a una mujer cuando acudía al domicilio de un amigo: después de ponerle un objeto punzante en el cuello, le obligó a sacar todo lo que llevaba, le bajó los pantalones, se bajó los suyos, le tocó los pechos y le hizo un corte en un dedo.

Un mes después asaltó a otra mujer poniéndole también un instrumento punzante en el cuello, y le tocó los pechos y después le golpeó la cabeza contra el suelo, lo que le hizo perder el conocimiento y tres dientes.

Volvió a atacar a un mujer en un vagón sin gente en un tren que iba de Barcelona a Sant Vicenç de Calders, Tarragona: la hizo tumbar en el suelo boca abajo asiéndola con ambas manos por el cuello, lo que le hizo perder el conocimiento en varias ocasiones, mientras él le subió el vestido y le bajó la ropa interior.

Más tarde, atacó de nuevo a otra víctima también con un objeto punzante y en la zona de ascensores de un inmueble, del que el hombre huyó cuando un vecino escuchó ruidos y apareció, después de que el detenido subiera el vestido de la mujer.

Dos semanas después abordó a otra cuando accedía a su portal, ocasión en la que de nuevo un vecino fue alertado por los ruidos y él huyó del lugar después de tocarle una pierna y estirarle la ropa que llevaba.

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