Se encuentra en prisión provisional
El profesor detenido en Madrid por abusar de 36 menores cambió de nombre para poder seguir ejerciendo como docente
Ben David Lewis cambió su nombre a través de una empresa creada por él mismo y un compañero para poder viajar a España y borrar así su historial delictivo.
El profesor detenido por abusar presuntamente de hasta 36 niñas ha esquivado durante años a las autoridades gracias a varios cambios de nombre efectuados de manera fraudulenta.
Ben David Lewis fue condenado a dos años de cárcel por grabar a varias menores en un colegio de Watford, en Inglaterra, ciudad donde trabajaba. Tras pasar tres meses en la cárcel y ocho en estancia domiciliaria, quedó libre y migró a España falsificando sus credenciales y borrando su pasado.
El documento que acredita su cambio de nombre está fechado a 29 de junio de 2016, justo cuando salió de prisión. En ese momento dejó de ser Ben David Lewis y se convirtió en Ben David. El informe aparece verificado por una empresa que él mismo creó con un amigo, desvinculándose de cualquier búsqueda relacionada con su nombre real.
También manipulaba los certificados de exención de delitos sexuales ingleses que le exigían los centros madrileños. Estos, expedidos en Inglaterra, indicaban que el detenido estaba limpio de antecedentes. Pero su condena y posterior estancia entre rejas desestimarían dichas garantías.
El acusado se encuentra en régimen de prisión provisional comunicada y sin fianza por un presunto delito de tenencia y distribución de pornografía infantil. La Policía Nacional, cuando acudió a su domicilio para proceder a su detención, localizó tablets, móviles y pen drives con archivos protegidos que estarían relacionados con hasta 36 víctimas.
No es perjudicial para la salud humana
El gran episodio de calima de 2022 contenía material radioactivo de ensayos nucleares del siglo XX
Contexto En marzo de 2022, España sufrió un gran episodio de calima que tiñó de color naranja sus cielos. Ahora, una investigación liderada por la Universidad de Oviedo y otra francesa revela que ese polvo contenía partículas radiactivas procedentes de ensayos nucleares del siglo XX.