Crimen de Manuela Chavero
Las pruebas que acorralan al presunto asesino de Manuela Chavero: contradicciones y un consumo eléctrico anómalo
Varias mujeres han declarado este martes que Eugenio, el presunto asesino de Manuela Chavero, las espiaba. La Guardia Civil tuvo siempre claro que el móvil sexual estaba tras la desaparición de Manuela.
Este martes ha proseguido el juicio por el crimen de Manuela Chavero, en el que los agentes de la UCO han explicado cuáles fueron las pistas que les llevaron hasta Eugenio Delgado. Una de ellas fueron las contradicciones en las declaraciones que hizo como testigo; otra, el consumo eléctrico de la casa donde ocurrió el crimen.
"El consumo se había desconectado dos o tres días antes de la desaparición de Manuela, pero el día de la desaparición se reestablece sobre las 2 o 3 de la madugada", han explicado los agentes. Estaba en el radar de los investigadores, por eso intervinieron su teléfono y una llamada a un abogado penalista de Sevilla acabó delatándole.
Los agentes tienen claro que se trataba de un móvil sexual. Después de su detención y tras llevarles al lugar del crimen, han confirmado que Eugenio les dijo que podría haber semen suyo en el cuerpo de Chavero. En la segunda sesión del juicio también se ha escuchado el relato de varias mujeres y una de ellas ha contado un episodio violento con él.
"Me agarró del brazo, me dijo que estaba enamorado de mí, que no me iba a dejar hasta que no fuera suya", ha asegurado la mujer, que ha reconocido que pasó miedo. Otras dos mujeres, vecinas del acusado, han explicado al juez que tenía una mirada sucia. Además, un testigo ha asegurado que Eugenio Delgado quiso cubrir con una plancha de hormigón el lugar en el que enterró a Manuela.