EN RELACIÓN CON LA OCTOGENARIA FALLECIDA EN JULIO
Revisan las muertes de otros cinco pacientes atendidos por la auxiliar sospechosa de matar a una anciana
Siguen las sospechas sobre la auxiliar de enfermería detenida en Alcalá de Henares. En la última, la anciana fallecida hace dos semanas, había tanto aire en su cuerpo que tuvo que ser inyectado en repetidas ocasiones.
La jueza, de momento, habla de cuatro casos. Según el auto, sospecha que intentó quitar la vida a una mujer en 2013 y que en 2015 habría matado a otras dos mujeres. Que se suman a la víctima de hace unos días. Fuentes de la investigación han confirmado que, tras la detención el pasado sábado de la auxiliar de 37 años, se revisó la cámara que se había colocado en 2015 en la zona de la planta de Medicina Interna en la que trabajaba la auxiliar, tras la muerte en julio de ese año de otra anciana en extrañas circunstancias.
Al igual que en el caso de la semana pasada, la paciente octogenaria había mejorado de sus dolencias cuando empeoró repentinamente y falleció, aunque no se pudo demostrar que la auxiliar tuviera algo que ver con esa muerte ni con otras consideraras entonces 'extrañas'. Ahora, al morir presuntamente asesinada otra paciente, la Policía reabrió el caso de 2015 y también ha revisado al menos otros cinco informes de pacientes fallecidos 'en extrañas circunstancias' a lo largo de los últimos años en la Unidad de Medicina Interna en la que trabaja la acusada.
Se trata de confirmar si pudieron ser asesinadas, aunque las fuentes reconocen que, al haber pasado varios años de esos casos, será "muy difícil" determinarlo y, si fuese así, sería aún difícil recabar las pruebas necesarias para incriminar a la auxiliar. La arrestada se negó a declarar ante la Policía y negó los hechos que se le imputan ante el juez.
El móvil del crimen sería, según el auto, sus sentimientos de animadversión al personal médico. Aunque expertos en criminología creen que Beatriz encaja en el perfil del síndrome del ángel de la muerte. Francisco Canals, periodista especializado en sucesos, cree que encaja con la etiqueta porque "trabaja en el mundo sanitario, porque asesina a sus pacientes por procedimientos que parecen de una vía natural y porque lógicamente son personas de edad avanzada".
Por su parte el abogado de la auxiliar, José Julián Raboso, ha dicho que su cliente "es inocente hasta que se demuestre lo contrario" y ha exigido que prevalezca la presunción de inocencia, algo que en su opinión no se está respetando "al publicarse datos de una investigación que está bajo secreto", lo que es "impropio del estado de derecho". El letrado considera "lamentable" el tratamiento que algunos medios de comunicación están haciendo del caso, ya que propician "un juicio paralelo en el que ya se la ha condenado".
Raboso ha confirmado que su cliente aseguró ante el juez que, al ser auxiliar de enfermería, no tiene acceso a elementos como jeringuillas, con las que supuestamente habría inyectado aire en vena a las víctimas. Fuentes del hospital de Alcalá de Henares han precisado que las auxiliares de enfermería sí tienen acceso a este material, ya que pueden acceder al almacén en el que se guardan estos y otros utensilios de trabajo.
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