"LA SENTENCIA ES CLARA Y EVIDENTE"
Ricart sostiene que es inocente pero las pruebas contra él desmienten la versión
Miguel Ricart quiere contar a quien le escuche su otra versión sobre el crimen de Alcàsser. Pero poco nuevo puede aportar, porque todo lo que tenía que decir ya lo contó durante el juicio. Él insiste en la teoría de la conspiración e incluso habría fardado dentro de la cárcel con su paseo por los platós de televisión nada más salir de la cárcel.
Miguel Ricart quiere hablar, dice que es inocente y que la muerte de las tres niñas de Alcàsser se debe a un complot. Pero para la Justicia, no hay nada que añadir. "La sentencia es clara y evidente. Este señor es autor de varios delitos de asesinato", asevera Serafín Giraldo, el portavoz de la Federación Unificada de Policía.
Su responsabilidad es ineludible, por las pruebas que se encontraron y por sus declaraciones ante la Guardia Civil. "Confiesa además, dando algunos detalles de lo que ocurrió aquella noche, que sólo alguien que estuvo aquella noche podía tener acceso a ellos", explica Manuel Marlasca, jefe de investigación de laSexta.
Según la sentencia, Anglés y Ricart abusaron y torturan a las menores en la zona de la Romana. Después cavaron una fosa y les obligaron a caminar hasta ella antes de matarlas. Hace 16 años, Ricart tuvo su momento para contar toda la verdad. Puedo hacerlo ante el juez, pero sus declaraciones fueron difusas. Por eso no se entiende porque ahora tiene tanto interés en mostrarse ante las cámaras
"Los psiquiatras que han peritado al señor Ricart puntúan alto en relación al narcisismo, es decir, le gusta ser el centro de atención", revela Beatríz de Vicente, criminóloga de la Universidad Camilo José Cela.
Durante los 18 años que estuvo en prisión no se sometió a ningún tratamiento para agresores sexuales, ni hizo ningún curso de rehabilitación. Pero desde hace 4 días, el asesino de las niñas de Alcàsser disfruta de su libertad.
"Le habían lavado el cerebro"
De California a Manresa para rescatar a su hermana de una secta: "El cura me agarró y me tiró al suelo"
El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.