Un negocio en tierra y aire
Ryanair pide a la UE a limitar el alcohol en aeropuertos: máximo dos consumiciones con control por tarjeta de embarque
La aerolínea propone restringir la venta de alcohol en las terminales para frenar el aumento de incidentes a bordo, como el desvío de un vuelo que costó más de 15.000 euros.
Ryanair ha solicitado a la Unión Europea que se establezcan restricciones en la venta de alcohol en los aeropuertos, limitando las consumiciones a un máximo de dos por pasajero y utilizando la tarjeta de embarque como método de control. La compañía busca prevenir los incidentes a bordo derivados del consumo excesivo de alcohol, una problemática que ha ido en aumento, especialmente en rutas hacia destinos vacacionales.
En un comunicado, Ryanair argumenta que los aeropuertos deberían aplicar normas similares a las de las tiendas libres de impuestos, donde las compras están reguladas. Según la aerolínea, el consumo ilimitado en las terminales propicia comportamientos disruptivos que afectan tanto a la seguridad de los vuelos como a la experiencia de los pasajeros.
Un problema recurrente
El detonante de esta propuesta fue un incidente ocurrido en abril, cuando un pasajero en estado de ebriedad obligó a desviar un vuelo de Dublín a Lanzarote hacia Oporto. El desvío generó costos adicionales para la aerolínea, incluyendo alojamiento y transporte para los 160 pasajeros afectados, sumando un total de 15.350 euros. Ryanair ha iniciado acciones legales contra el pasajero para recuperar los gastos.
La aerolínea también subraya que los conflictos derivados del consumo de alcohol se han convertido en un problema recurrente, especialmente en vuelos hacia destinos de ocio. Por ello, Ryanair afirma que está intensificando su "ofensiva contra la mala conducta" a bordo, reforzando controles y adoptando una postura más estricta hacia los pasajeros conflictivos.
Respuesta de los aeropuertos
El Consejo Internacional de Aeropuertos de Europa (ACI Europe) ha respondido a la propuesta de Ryanair señalando que la compañía debería comenzar revisando sus propias prácticas, ya que también venden alcohol a bordo. Además, han sugerido que las aerolíneas podrían llevar un registro de pasajeros problemáticos para evitar que vuelvan a embarcar.
La propuesta enfrenta escepticismo. Representantes de los tripulantes de cabina, como Antonio Escobar, del sindicato SITCPLA, consideran poco probable que los Estados miembros renuncien a los ingresos fiscales generados por la venta de alcohol en aeropuertos y aviones. Además, critican a Ryanair, señalando que su modelo de negocio prioriza las ventas a bordo, incluidas las bebidas alcohólicas.