TRAS EL CONTAGIO DE ÉBOLA DE LA ENFERMERA TERESA ROMERO
El sacrificio de Excálibur, el perro de Teresa Romero, "fue inevitable" como medida contra el ébola según el TSJM
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dictaminado que la Comunidad de Madrid no está obligada a indemnizar a los dueños de Excálibur por haber sido sacrificado tras el posible contagio de Ébola en 2015. Ambos pedían una compensación económica de 150.000 euros por daños morales.
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha rechazado que la Comunidad de Madrid indemnice a Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que superó el virus del ébola, por el sacrificio de su perro en octubre de 2014.
Así consta en una sentencia en la que se desestima el recurso de Romero y su marido contra la resolución del 26 de febrero de 2015, de la Comunidad de Madrid que negaba la reclamación de responsabilidad patrimonial presentada el 11 de noviembre de 2014.
El matrimonio solicitó 150.000 euros por los daños morales que les causó el sacrificio de su perro llamado 'Excalibur', que convivía en su domicilio.
Los magistrados señalan que "dado el escaso conocimiento científico sobre la prevención y tratamiento del virus del Ébola en general, y sobre la infección y potencial riesgo de transmisión por los perros, en particular, fue inevitable proceder al sacrificio del perro de los recurrentes".
Se hizo ante "la imposibilidad real de trasladarlo vivo y de custodiarlo por personal entrenado que pudiera seguir un protocolo de actuación debidamente contrastado y en un establecimiento con condiciones de bioseguridad adecuadas para impedir el contagio de quienes entraran en contacto con el animal y, a través de ellos, a terceras personas".
"Así las cosas, la falta de antijuridicidad del resultado lesivo cuya reparación se reclama, determina que los recurrentes no tengan derecho a ser indemnizados a título de responsabilidad patrimonial de la Administración demandada", ha dicho.
Desde Andrea a Jazmín
Las historias que claman en Barcelona por una vivienda accesible para todos: "Nos vamos a tener que levantar"
La indignación ha cubierto la ciudad condal ante los altos precios del alquiler. Muchos de ellos lamentan haber tenido que dejar la ciudad por no permitirse vivir en ella.