La Sanidad de Euskadi, en crisis: cierran varios centros por la falta de personal

El Lehendakari, Iñigo Urkullu, no tuvo más remedio. La crisis en Osakidetza, el sistema vasco de salud, es tan evidente que la incluyó en el mensaje de Navidad. "Reconozco los problemas y las dificultades", expresó. La realidad es que faltan médicos y enfermeras hasta el punto de que en Navidad se han cerrado varios centros de salud y la cuarta parte han sufrido recortes. Gotzone Sagardui, consejera de Salud, insistía en la fala de profesionales en atención primaria para realizar todas las sustituciones. El testimonio de los profesionales corroboran sus declaraciones.

Adolfo López de Munain, jefe de Neurología del Hospital de Donostia, cree que los jóvenes encuentran mejores ofertas y consolidación de trabajo en otros sitios. "Téngase en cuenta que en el Hospital Donostia tenemos Jefes de Servicio que son interinos", explica el experto. Adolfo trabaja en el hospital Donostia, el más importante de Gipuzkoa.

Allí están en pie de guerra. Se han producido dos ceses y dos dimisiones de altos cargos por diferencias con la Consejería. Desde entonces, 42 de los 47 jefes de servicio se concentran cada lunes para protestar. "Lo que nos sobra es un estilo directivo en el que las directrices políticas independientemente de cualquier cuestionamiento técnico se van a imponer sí o sí", denuncia ante las cámaras de laSexta.

A una hora de allí, en Basurto, también hay movilizaciones para impedir el traslado de su cirugía cardíaca al hospital de Cruces, programado por Sanidad. Se pasaría de dos centros de referencia a uno, pero una jueza lo ha paralizado. Sus profesionales coinciden con los de Donostia: no solo en que no se les tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones sino tampoco en las contrataciones.

"Después de 10 años formando a una persona puede ocurrir que por una adjudicación de plazas que está centralizada venga otra persona a sustituir a esa, sin tener ni idea de ese tema", explica el Jefe de Cirugía Hospital de Basurto, José Miguel Ormaetxe.

Con todo ello, otro diagnóstico común aún más inquietante es que en tres años se jubilan más de 2.000 médicos y enfermeras y no hay relevo generacional.