PARA SABER REACCIONAR ANTE SITUACIONES DE EMERGENCIA

Un simulador de fuego y humo en cabina, la dura prueba a la que tienen que enfrentarse los aspirantes a tripulantes de avión

Apagar un incendio, desalojar el avión en menos de 90 segundos o ser capaces de resolver una emergencia a miles de pies de altitud es la gran responsabilidad a la que se enfrentan los tripulantes de cabina. No basta con dar la talla exigida o saber hablar idiomas, de ellos depende la vida miles de personas cada día.

Puede parecer una emergencia a bordo, pero se trata de una simulación. Es la parte práctica de un curso de tripulantes de cabina para pasajeros, un proceso necesario para poder ser azafatos.

"Preparamos a todos los alumnos para que puedan responder de forma adecuada ante una situación de emergencia, bien sea humo, fuegos, despresurizaciones, incapacitación del piloto, situaciones médicas de cara a los pasajeros", explica María Martínez, directora de Formación Aviation Group.

En este centro aprenden incluso con un simulador de fuego real en horno y les explican cómo actuar en caso de que un pasajero se queme a lo bonzo. "Cuanto más se acerque a la situación real mejor te defenderás si pasa", declara una de las aspirantes mientras que uno de sus compañeros manifiesta que "la formacion es completa, lo haremos estupendamente en el trabajo".

Simulan despresurizaciones de cabina, humo en la papelera del baño y apertura rápida de puertas. En caso de emergencia la tripulación tiene 90 segundos para desalojar el avión. Una vez en la rampa debemos dejarnos caer y despejar la zona lo antes posible.

Ejercicios necesarios para saber reaccionar cuando empiecen a trabajar. "Yo tuve un perfecto aterrizaje de emergencias en Buenos Aires con el motor en llamas, fue de libro", detalla Ana Escamez, instructora de Aviation Group.

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