15 horas parados
Terror en un crucero: 100 heridos por olas de 10 metros y 15 horas parados en medio del océano Atlántico
Más de 1.000 pasajeros estuvieron parados durante una tormenta en medio del océano Atlántico, en el golfo de Vizcaya, con olas de más de diez metros. Lo que iba a ser un crucero de lujo con destino a Canarias acabó siendo una pesadilla.
Lo que iba a ser un crucero de lujo con destino a Canarias acabó siendo una pesadilla, con pasajeros heridos y una tripulación al borde del llanto. Más de 1.000 pasajeros estuvieron parados durante una tormenta en medio del océano Atlántico, en el golfo de Vizcaya, con olas de más de diez metros.
Desde sus camarotes los pasajeros grabaron aterrados las gigantescas olas. Un mar tan embravecido que, según los testigos, empezó a mover peligrosamente el crucero.
"El capitán del barco nos dijo: '¡Quedaos quietos, no os mováis! ¡Agarraos a lo que podáis!'", explica Richard, uno de los pasajeros que iba a bordo. Él estaba en el barco con sus padres. Era un crucero de lujo, con cerca de 1.000 personas. "La gente estaba gritando, estaba llorando, pensaban que iban a morir. No sabíamos qué hacer. Todos temíamos por nuestras vidas", señala.
Incluso, cuenta, algunos empezaron a mandar mensajes de despedida a sus familiares. El barco británico Spirit of Discovery había zarpado el 24 de octubre del puerto de Portsmouth, en Inglaterra y tenía como destino las Islas Canarias pero cuando navegaban por el Golfo de Vizcaya la borrasca Domingos sorprendió a la tripulación.
Entre los pasajeros estaban también Trévor y Angela Peters, un matrimonio que cuenta que lo que vivieron les recordó a la película 'Titanic'. Las olas de más de diez metros obligaron al capitán del barco a realizar una brusca maniobra de seguridad y esto provocó que más de 100 personas resultaron heridas, aunque la mayoría leves.
"Había dos señoras sentadas y, de repente, sus sillas se empezaron a mover por toda la sala de un lado a otro", cuentan Trévor y Angela.
Los testigos cuentan que estuvieron 15 angustiosas horas parados en mitad del océano Atlántico. El fuerte temporal provocó que se rompieran puertas, ventanas y cristales. "La gente estaba por todos lados, los platos se rompieron, había cristales", cuentan los que iban a bordo.
Finalmente el crucero se vio obligado a regresar al puerto británico para poder atender a los heridos.
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