Día Internacional de las Víctimas del nazismo

Testimonios para no olvidar el Holocausto: del desconocido campo de concentración de Gusen al horror de Auschwitz

Este 27 de enero se conmemora el Día Internacional de las Víctimas del Holocausto, una de las mayores atrocidades de la historia que dejó más de 18 millones de asesinados en todo el mundo.

En breve

Desde que en 2005 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableciera el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, se han celebrado distintos actos conmemorativos en todo el mundo para que esta parte de la historia no caiga en el olvido y se tenga conocimiento de lo ocurrido.

“Por razones obvias, los supervivientes del Holocausto van falleciendo. Por eso es esencial mantener las políticas de memoria para mantener vivo el recuerdo de lo que sucedió”, explica el investigador Josep Calvet a lasexta.com. “Es necesario aprovechar esta manera para llegar a los jóvenes con el objetivo de que episodios tan terribles como el Holocausto no vuelvan a suceder”, añade Calvet.

Gusen, el olvidado campo de concentración español

“Mi abuelo sufrió la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial y acabó asesinado en el campo de concentración de Gusen, en Austria”. La historia que Enrique Pastor, nieto de Francisco López, cuenta a lasexta.com es tristemente un episodio conocido en muchas familias españolas.

Francisco López, conocido por su apodo ‘Sopas’, fue un herrero republicano de Almansa (Albacete) obligado a exiliarse después de la Guerra Civil, como más de medio millón de personas del bando republicano. Para casi todos, Francia fue el país al que emigrar en 1939 y donde muchos como él “no eran bien recibidos, y más después de una guerra donde estaban marcados como rojos y apátridas”, recuerda Pastor.

Entre norte y sur de Francia, ‘Sopas’ trabajó durante más de un año con la esperanza de obtener la nacionalidad francesa y volver a ver a su mujer, su hijo y sus dos hijas pequeñas que había dejado en España. Enrique recuerda que todavía conserva más de 30 cartas que enviaba su abuelo explicándole sus vivencias. Sin embargo, esas cartas dejaron de llegar cuando en mayo de 1940 las tropas alemanas invadieron Francia y López fue deportado a campos de prisioneros de guerra.

Pronto una orden de la Gestapo obligó a todos los españoles a pasar de esos campos de prisioneros a los campos de concentración nazis. “A partir de ahí, les trasladan en trenes como ganado al matadero, la gran mayoría a Mauthausen (Austria)”, relata Pastor. ‘Sopas’, como muchos otros, fue derivado a Gusen, subcampo de Mauthausen, donde fueron asesinados 3.959 españoles, según el propio Gobierno de España. Pastor explica que nadie logra sobrevivir al “infierno de los infiernos” más de tres meses y su caso lamentablemente no fue distinto: murió en noviembre de 1941 en el pozo o las canteras de Gusen.

En 2014, gracias a un viaje familiar, Enrique Pastor visitó Mauthausen y Gusen para ver donde habían asesinado a su abuelo. Su sorpresa fue al ver que el primer campo de concentración se mantenía intacto, mientras que Gusen no conservaba prácticamente nada. Considera que desde el Gobierno nunca se ha investigado sobre los deportados y que han sido ellos mismos, desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, junto a investigadores como Benito Bermejo o Carlos Hernández, los que han puesto algo de luz en esta parte de la historia española.

Queremos que se reconozca lo que sucedió en Gusen para que no vuelva a suceder

“En casa es un tema difícil de gestionar. Es una herida abierta y nosotros solo queremos cerrarla, que se reconozca lo que sucedió y que no vuelva a suceder”, concluye Pastor. Como su abuelo, que por su condición política tuvo que morir lejos de su familia, hay miles de casos en España. Puedes ver la historia completa de ‘Sopas’ y la de otros deportados españoles en Deportados.es.

Una familia de Lloret de Mar marcada por el horror de Auschwitz

La historia de Leon Mordoh, judío partisano de Grecia, es la historia de cómo un hombre logró zafarse de los nazis y salvar así a gran parte de su família. Miriam y Judith Mordoh, sus bisnietas, explican a la sexta.com la historia de 'Aba', como le conocían en su ciudad, plasmada en el libro ‘El Partisano’ (Tirocinio, 2003) de, escrito por su abuelo Samuel Mordoh.

La familia Mordoh siempre había residido en Salonika, lugar de acogida de muchos judios sefardíes después de su expulsión en 1491. Cuando Grecia fue invadida por el régimen de Mussolini, ‘Aba’ huyó junto a su familia y amigos a la isla griega de Evia evitando el mismo desenlace que tendrían muchos. Las hermanas Mordoh cuentan cómo su bisabuelo tuvo que partir sin su madre, que únicamente se comunicaba en ladino, porque supondría un peligro si alguien la escuchaba hablar en la lengua de los judíos sefardies.

Finalmente, ‘El Partisano’ logró huir a Israel en una pequeña barca de pescadores, después de establecerse momentáneamente en Turquía. Una vez allí, lejos del peligro de la represión antisemita, lograron establecerse hasta que, años después, los Mordoh se mudaron a Lloret de Mar (Girona) y allí vieron el sitio ideal para rehacer su vida.

Sin embargo, no todos en la familia corrieron la misma suerte. “Las ocho hermanas de nuestra bisabuela, sus maridos y la hermana de mi bisabuelo murieron en Auschwitz. Nunca quisieron mudarse de Salonika”, explican ambas. Además, recuerdan la conocida historia de la mujer del hermano de su bisabuelo, Mezaltov Behar ‘Fofó’ Mordoh, una superviviente de Auschwitz que logró escapar de los experimentos de los médicos Claubert y Horst Schumann.

Nosotras lo vivimos como algo muy íntimo, es nuestra historia familiar. No hemos sido conscientes hasta hace poco

“En casa veneramos al ‘Aba’ como un héroe y hasta hace poco no hemos sido conscientes de lo que ha pasado realmente nuestra familia”, explican las hermanas Mordoh a lasexta.com. “Gracias a tu entrevista hemos decidido visitar el cementerio judío de Montjuïc, donde se encuentra toda nuestra familia, por el Día Internacional de las Víctimas del Holocausto”, concluye Judith Mordoh.

El caso del judío italiano con identidad falsa

Paola Romano, una italiana muy ligada a España por amigos y visitas al país, cuenta lasexta.com la historia de sus raíces judías y de cómo su familia se vio envuelta en los horrores del Holocausto. Pese a que toda su familia era de origen católico, su tía Tuda se casó con Vittorio Levy, un judío que vivía en Génova, y acató la Doctrina del Judaísmo.

Cuando las leyes antisemitas empezaron a endurecerse en una Italia marcada por el Gobierno de Musolini, Vittorio tuvo que adoptar otra identidad para evitar las represiones. Sin embargo, y pese a todas las precauciones, un espía de la OVRA, el servicio de Policía fascista italiano, lo delató. “Los nazis lo arrestaron y no pudo despedirse de su mujer ni de su hijo, Luciano”, detalla Romano.

Vittorio Levy pasó en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau 10 meses antes de morir a causa de tifus. Su familia se enteraría de su muerte tiempo después a través de una carta. Luciano, su hijo, decidió emprender un duro viaje a Suiza por miedo a una futura persecución y Tuda se trasladó a Milán, donde le esperaba su hermano, y padre de Paola, Franco Romano. “Mi padre fue uno de los muchos católicos que ayudaron a los judíos de Italia y logró salvar a su hermana entre otros, aunque ella falleció poco después ‘de la pena’”, cuenta Romano emocionada al recordar este duro relato familiar.

Asimismo, recuerda una historia espantosa que le contó su padre antes de morir sobre unos viejos amigos, la familia Luzzato, asesinados brutalmente por los nazis en su casa. “Mi padre se sentía orgulloso de lo que había hecho pero por otro lado en nuestra casa nos dábamos cuenta de que tenía una carga muy fuerte, un sufrimiento interior que casi no lograba expresar”, concluye.

laSexta/ Sociedad/ laSexta