Dos años más de margen
La Unión Europea echa el freno en su plan contra las emisiones en las carreteras para 2035
Los 27 acaban de acordar retrasar dos años la exigencia de que los vehículos nuevos reduzcan sus emisiones. En el caso de los coches, será hasta 2027; en el de los autobuses y camiones, hasta 2029. Una decisión que llega tras las críticas de la industria hacia la normativa.
Los ministros e Industria de la Unión Europea han acordado este lunes rebajar la ambición climática respecto a la propuesta de la Comisión Europea del reglamento que busca reducir las emisiones de contaminantes atmosféricos procedentes del transporte por carretera, conocido como Euro 7, para apoyar a la industria en su transición hacia el coche 'limpio' en 2035.
La orientación general alcanzada por los Veintisiete proporciona a la presidencia española del Consejo un mandato para iniciar las negociaciones con el Parlamento Europeo, que comenzarán tan pronto como la Eurocámara adopte también su posición al respecto.
La posición del Consejo busca un "equilibrio" entre requisitos "realistas" en materia de emisiones de vehículos e inversiones adicionales para la industria, en un momento en el que los fabricantes de automóviles europeos están atravesando una transformación hacia la producción de automóviles de cero emisiones.
El enfoque general de los Veintisiete mantiene así los límites de emisiones y las condiciones de prueba que ya existían en la norma anterior (Euro 6) para turismos privados y furgonetas, y establece límites más bajos para los vehículos pesados en comparación con el reglamento previo.
Euro 7 también contiene una disposición especial sobre los autobuses urbanos para garantizar la coherencia con el objetivo de cero emisiones para 2030 propuesto recientemente para estos vehículos y establece límites para las emisiones de partículas de frenos y neumáticos.
Se solicita colaboración ciudadana
La Guardia Civil pide colaboración ciudadana para averiguar quién ha dejado el cadáver de un bebé en Loeches (Madrid)
El contexto La madrugada de este jueves empleados de la planta de reciclaje de Loeches encontraban los restos mortales de un neonato de unas dos semanas de vida. Según el primer exámen forense el bebé podría presentar signos de asfixia.