Verdades y mentiras sobre la pérdida de peso para que tu 'operación bikini' sea un éxito

El desconocimiento y/o la confusión sobre los hábitos alimentarios son fundamentales para que tus intentos para perder peso sean un éxito. Te contamos cuáles son los factores determinantes a tener en cuenta para que esta vez sí consigas tu objetivo.

1. El metabolismo. Cuando hablamos de metabolismo nos referimos a aquella energía que necesita el cuerpo para mantener las funciones vitales activas y depende de muchos factores como pueden ser la edad, el sexo, la altura, la respiración o la composición corporal. Hay diversos motivos que pueden acelerar o disminuir el ritmo de este proceso del cuerpo. Marta Vallejo, una de las Nutricionistas y Dietistas de Clínica Opción Médica, aclara muchos mitos relacionados con este tema:

Comer más veces al día acelera el metabolismo: FALSO. El incremento del desgaste metabólico por tener que digerir una comida es insignificante respeto al valor total. Otro tema es que si dividimos las comidas durante el día, nos ayude a controlar la ansiedad y mantener el apetito y la saciedad controlada.

Comer alimentos fríos acelera el metabolismo: FALSO. Como el anterior mito, la tasa que representa tener que calentar comida fría dentro de nuestro cuerpo es un gasto minúsculo que no tiene consecuencias significativas en la pérdida de peso.

Comer menos frena el metabolismo: VERDAD. Sin embargo, tenemos que matizar: sólo disminuye el metabolismo cuando la pauta hipocalórica es mantenida durante mucho tiempo.

Con la edad el metabolismo disminuye: VERDAD. Tiene una explicación muy sencilla: cuando vamos haciéndonos mayores y llegamos a la tercera edad, se produce lo que conocemos como sarcopenia, que es la disminución de la masa muscular.

Esto se puede corregir si durante nuestra vida hemos mantenido hábitos saludables como la actividad física, por lo que llegaremos en mejores condiciones físicas y con mayor masa muscular.

Hay alimentos que aceleran el metabolismo: VERDAD Y FALSO. Hay algunos alimentos (té verde, cafeína, picante,...) que podrían aumentarlo, pero su efecto es tan pequeño, que no es suficiente para provocar un cambio notable en el peso.

Hacer ejercicio aumenta el metabolismo: VERDAD. No solo por el posible aumento de masa muscular, sino porque cuando realizamos ejercicio, aparte de lo que podemos gastar mientras lo efectuamos, se continúan quemando calorías incluso cuando ya lo hemos finalizado. Esta ‘quema de calorías’ tiene una duración que se alarga hasta horas después de la práctica del deporte.

2. El estrés. España es el país europeo con más estrés, llegando a causar un 30% de bajas en el trabajo, según el INE (Instituto Nacional de Estadística).

El estrés y la ansiedad generan en nuestro organismo un malestar general que puede convertirse en un grandísimo enemigo a la hora de adelgazar y mantener saludable la microbiota, el conjunto de microorganismos beneficiosos que alberga nuestro cuerpo de forma natural.

Muchos de los problemas relacionados con la obesidad (cardiovasculares, intestinales, nivel de azúcar en sangre…) se deben a una microbiota pobre y no diversificada, explican desde Oenobiol. Por ello, el equilibrio de la microbiota intestinal refuerza la pérdida de peso y reduce las posibilidades de volver a recuperarlo.

Consejos saludables para perder peso

No cenar tarde o no acercar la cena a la hora de irse a dormir: los especialistas de la Clínica Opción Médica, aconsejan dejar pasar un mínimo de dos horas entre la finalización de la cena y la hora de acostarse.

Nuestro organismo funciona distinto de día y de noche. No estamos preparados para comer de noche, de ahí que sea más difícil metabolizar los alimentos; a partir de las siete de la tarde nuestro organismo empieza a prepararse para el reposo, enlenteciendo la asimilación de la comida.

Las cenas tienen que ser ligeras: merendar una pieza de fruta, un puñadito de frutos secos o un yogurt nos ayudará a llegar a la cena con menos hambre.

No repetir los mismos alimentos que en la comida, ya que necesitamos variar la dieta.

Prescindir de embutidos y fritos ya que dificultan la digestión por la noche.

Seleccionar frutas de estación lo más maduras posibles y combinarlas con yogurt, por ejemplo, es una alternativa sana y depurativa.

Los cereales integrales ayudan a conciliar el sueño gracias a su alto contenido en vitamina B.

El arroz integral es otra buena opción, ya que es un diurético natural y combinado con ensalada es un plato muy equilibrado.

El consumo de proteínas como huevo, queso freso, legumbre o pescado puede ayudar a quemar grasas, pero siempre debe combinarse con hortalizas y hay que cocinar con muy poco aceite.