Heridas en espalda y glúteo
VÍDEO | El brutal ataque de un perro a una niña de dos años en Murcia: la arrastra 50 metros y casi acaba con su vida
Una veterinaria que estaba cerca del suceso logró evitar la tragedia agarrando al animal y desbloqueando su mandíbula.
Ha sucedido en Murcia, en el municipio de Ceutí. Una familia ha estado a punto de vivir una tragedia. Las cámaras de seguridad de una clínica veterinaria cercana lo han grabado todo. Son 20 segundos de horror.
Una madre pasea con su hija de 23 meses cuando un American Stafford, un perro catalogado como muy peligroso, ataca a la pequeña. El animal se abalanza sobre ella, la tira al suelo y su potente mandíbula se ensaña con su espalda. La madre intenta como puede que el animal suelte a su hija, tira de ella impotente. El animal no desiste, arrastra a la pequeña 50 metros. Varias personas se acercan a ayudar. El primero un hombre, también sin éxito. Luego llega una mujer. Se llama Fátima y es veterinaria. Su primer impulso es golpear al animal con un zapato en el hocico. Luego, en milésimas de segundo, aplica su experiencia. Le agarra la boca y forcejea hasta conseguir desbloquear la mandíbula. La niña está libre. Se ha evitado la tragedia.
"Si el perro la engancha de otro sitio, estaríamos hablando de una tragedia", explica. Y es que el destino quiso que esta veterinaria estuviera muy cerca para evitar consecuencias fatales.
Este tipo de perros, en pleno ataque, son implacables. Cuando muerden no sueltan a su presa. La pequeña tiene mordeduras en espalda y glúteo pero se recupera correctamente.
Según ha podido saber laSexta, el animal iba suelto y sin el bozal obligado para esta raza. Tampoco tenía las vacunas correspondientes. Ahora se encuentra en cuarentena en la perrera y se han abierto diligencias contra su dueño.
Unidos por el temporal
Recuerdos de la DANA: la historia del bazar que salvó 47 vidas durante la noche del 29 de noviembre
Un grupo de guardias civiles ha vuelto al local de Carlet (Valencia) donde lograron introducir a personas y animales para evitar que fueran arrastradas por las corrientes generadas por el temporal.