AL BORDE DEL DESAHUCIO
Viven entre 'narcookupas' y a punto del desahucio: el drama de los vecinos de una urbanización de Valladolid
Los vecinos de una urbanización de Valladolid están en pie de guerra, por un lado, contra la Sareb porque quiere echarles de sus casas, y por otro, contra unos okupas que utilizan la vivienda como un narcopiso, según denuncian. Ellos mismos vigilan y graban los movimientos de la casa para recabar pruebas.
En una urbanización tranquila de Valladolid se ha colado una joven a la que los vecinos acusan de haber ocupado una vivienda para montar un narcopiso.
Ella lo niega y nos invita a comprobarlo. Ya en el piso, pregunta: "¿Tú ves aquí a algún yonki, tú ves aquí plata, o ves que se venda?". Tiene la luz pinchada y las paredes llenas de suciedad.
Sin embargo, los vecinos consideran que esconde un auténtico negocio de menudeo y algunos vigilan a diario, con prismáticos, quién entra y quién sale de ese piso. "Venían todos 'colgaos' y se saltaban las verjas", dice una vecina.
La Guardia Civil entró en la vivienda de la chica por tráfico de drogas y les detuvo a ella y su pareja, que está en busca y captura. Basta pasar unos minutos frente a la puerta para encontrarse con un sospechoso goteo de gente que entra y sale.
Pero no es el único problema de estos vecinos, y es que la anterior promotora les dejó tirados, sin servicios y sin nadie a quien pagarle el alquiler.
La Sareb, actual propietaria, ha ordenado el desalojo de más de 10 vecinos por la deuda generada con los alquileres retrasados.
Están tratando de negociar con el banco malo y dicen que no les hace caso. "Nos van a reclamar la cantidad y la paguemos o no, nos van a echar", se lamenta un vecino, mientras que otro afirma que "los okupas se van a quedar en la comunidad sin haber pagado ni una sola cuota".
De momento, ya han desalojado a dos de los vecinos y la mayoría tiene fecha de salida.
Se solicita colaboración ciudadana
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El contexto La madrugada de este jueves empleados de la planta de reciclaje de Loeches encontraban los restos mortales de un neonato de unas dos semanas de vida. Según el primer exámen forense el bebé podría presentar signos de asfixia.