Fin del veto a la primera línea
Vuelta al ladrillazo en la Comunidad Valenciana: los hoteles se construirán a 200 metros y las residencias a 500
La reciente modificación a la Ley de Costas, promovida por el gobierno de Carlos Mazón y aprobada con urgencia, reduce las restricciones para la construcción cerca del litoral, provocando una oleada de críticas de alcaldes y vecinos que temen un resurgimiento del urbanismo descontrolado que amenaza los espacios naturales protegidos.
La reciente aprobación de una modificación a la ley de costas por parte del gobierno de Carlos Mazón ha generado una oleada de críticas y preocupación en la Comunidad Valenciana. Con la nueva normativa, que reduce la distancia permitida para la construcción de 500 a 200 metros del litoral, muchos temen una vuelta al urbanismo depredador que marcó épocas anteriores.
Alcaldes socialistas y de Compromís han alzado la voz, calificando la medida de "alevosa" y denunciando que se ha introducido con urgencia a través de un decreto dentro de una ley Ómnibus. Vicente Mascarell, Concejal de Urbanismo de Gandía, expresó su rechazo categórico: "El señor Mazón, con el apoyo de Vox, ha presentado con urgencia y mucha alevosía una ley letal para el territorio valenciano. Estamos de nuevo ante una barra libre para el urbanismo depredador que pone en peligro este espacio virgen".
Los vecinos de Gandía, en particular, sienten una profunda inquietud. La última zona virgen de la comarca de la Safor está ahora bajo amenaza. "Yo creo que hay demasiada masificación y lo dejaría como está. Es un lujo, no hay que echarlo a perder", comenta un residente preocupado.
Además de permitir la construcción de hoteles a 200 metros de la costa, la nueva ley autoriza residenciales a 500 metros, anteriormente restringidos a 1.000 metros. También contempla la instalación de campings y estructuras desmontables a solo 100 metros del litoral, una medida que choca directamente con el plan de protección del litoral aprobado en 2018.
María José Salvador, Diputada del PSV y Exconsejera de Medio Ambiente, ha sido una de las voces más críticas: "Esta ley entra en total colisión con el plan de protección del litoral, el PATIVEL, que aprobamos en 2018. Se habían salvado más de 7.500 hectáreas de litoral de la presión urbanística de los 20 años de política desarrollista en plan de urbanismo del PP, y ahora quedan a merced del ladrillo".