Pandora Papers

El dictador Pinochet, cliente incómodo: los gestores de sus offshore quisieron desvincularse en cuanto se desveló su identidad

Augusto Pinochet ocultó su patrimonio y dinero de la venta de armas a través de seis sociedades en las Islas Vírgenes Británicas. Su nombre surgió a principios de los 2000 y, al desvelarse la información, el despacho panameño intentó expulsarlo.

El dictador chileno Augusto Pinochet utilizó al despacho panameño Alemán, Cordero, Galindo y Lee (Alcogal) para montar una estructura de seis sociedades en las Islas Vírgenes Británicas para ocultar su patrimonio y recibir pagos como intermediario en la venta de patrimonio. Pero el despacho panameño, que trabajó con el testaferro del autócrata, Óscar Aitken, intentó deshacerse de su cliente más incómodo.

Así se desprende de la investigación de losPandora Papers, coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y con la participación de laSexta y El País como socios en España. Según las pesquisas de LaBot y CIPER, los medios participantes en Chile, la pieza clave es el abogado Óscar Aitken.

La preocupación de Alcogal se remonta a 2004. Es entonces cuando el Senado de EEUU dio a conocer que el dictador chileno tenía cuentas secretas en un banco de ese país. Dos semanas después, una información periodística dio más detalles de ese entramado y puso en el centro de la investigación a Aitken.

La publicación de esa información encendió todas las alarmas en Panamá. Según la documentación a la que hemos tenido acceso, los ejecutivos de Alcogal contactaron con Aitken para informar de que debía cerrar las seis sociedades que mantenía con ellos o dejar de ser su cliente y traspasarlas a otra firma.

"Hemos leído en el diario El Mercurio que tú has aceptado el hecho de que el General Pinochet es el dueño de algunas de estas sociedades, lo cual nunca se nos informó a nosotros anteriormente. Nosotros no estamos en posición de juzgar si el patrimonio de estas sociedades fue obtenido o no de manera ilegal, pero el mero hecho de que su posible propietario sea el General Pinochet (quien es una “persona políticamente expuesta”) es suficiente, de acuerdo con nuestras políticas internas, para que procedamos a renunciar como Agentes Residentes de todas las sociedades en las cuales tú apareces como corresponsal", se lee en un correo electrónico enviado por Alcogal a Aitken en septiembre de 2004.

Aitken era el titular de seis sociedades: Eastview Finance S.A, Belview International Inc., Tasker Investments Limited, Cornwall Overseas Corp., GLP Limited y Abanda Finance Limited.

Belview fue la sociedad offshore que más actividad tuvo en Chile y como tal fue clave en la investigación sobre el patrimonio de Pinochet. A través de ella el dictador realizó sus negocios inmobiliarios y para ejecutarlos Aitken creó en Santiago una subsidiaria: Sociedad de Inversiones Belview International S.A. A través de ese fondo, en 1994, compró varios apartamentos y propiedades por un valor de en torno a 700 millones de dólares. Uno de ellos para la exmujer del dictador y otro para la hija.

Tras conocerse el informe del Senado y mostrar Alcogal su preocupación, Aitken no opuso resistencia para el cierre cuatro de las seis sociedades gestionadas por el estudio panameño: hacia noviembre de 2004 ya había disuelto a Eastview, Belview, GLP y Abanda. Pero alegó que era el dueño de las dos restantes, Tasker y Cornwall, él era su dueño.

Tras los coletazos del caso Riggs y las cuentas secretas de Pinochet, Alcogal comenzó a enviar comunicados a distintas entidades defendiendo su inocencia e, incluso, amenazando con acciones legales a algunos medios de comunicación.

De acuerdo con los Pandora Papers, las explicaciones se extendieron al menos hasta 2015. En febrero de ese año, Alcogal envió una carta a la entidad financiera BBVA Compass Investment Solutions, utilizando el mismo argumento que utilizó apenas estalló el escándalo: “Es inevitable, dado el extenso número de compañías que incorporamos, que las actividades de algunas de esas compañías estén sujetas a investigaciones criminales por las autoridades de los países donde ellas operan”.

Los Pandora Papers son la mayor colaboración periodística de la historia. Más de 600 periodistas de 150 medios y casi 120 países han participado en la investigación de 12 millones de documentos obtenidos de 14 despachos que se dedican a la creación de sociedades offshore. El proyecto ha sido coordinado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, en el que participan laSexta y El País como socios españoles, y del que forman parte medios internacionales como The Washington Post, The Guardian o el Süddeutsche Zeitung.