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Pandora Papers

¿Qué es una sociedad offshore y para qué se utiliza?

Se trata de compañías abiertas en países donde los interesados no viven ni realizan actividades económicas. ¿El objetivo principal? Dificultar el trabajo de Hacienda.

En breve

Desde que los Papeles de Panamá pusieron patas arriba el mundo hace apenas cinco años, las sociedades offshore se han convertido en viejas conocidas para el público. Pero, realmente, ¿en qué consiste esta clase de compañías?

Las offshore son empresas que se abren a nombre de un interesado (puede ser una persona u otra sociedad) en países donde esa persona no vive o no realiza ninguna actividad económica. Por ejemplo, un cantante que vive en España pero que gestiona sus derechos musicales a través de una mercantil en Panamá.

¿Cuál es la razón por la que se ponen en marcha este tipo de compañías? "Se abren al efecto de no pagar impuestos o pagar muy pocos", explica en conversación con laSexta el presidente del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), Carlos Cruzado. "Es una herramienta que se suele utilizar con la intención de ocultar activos o esconder de dónde proceden esos mismos, si es blanqueo de capitales", resume el experto fiscal.

Según un estudio de la OCDE de 2020, se estima que hay 11,3 billones de dólares ocultos a través de sociedades offshore en todo el planeta.

El inspector de Hacienda José María Peláez insiste sobre todo en la idea del secretismo bancario a la hora de definir esta clase de mercantiles. "Las sociedades offshore son aquellas que están constituidas en paraísos fiscales con el objetivo principal de que no se sepa quién es el dueño de las mismas", subraya.

Constituidas en paraísos fiscales

Las compañías se crean en jurisdicciones con bajos impuestos o con pocas trabas burocráticas. Apenas requieren un control por parte de las autoridades, lo que resulta atractivo para actividades ilícitas como el terrorismo o el narcotráfico.

"Se ha demostrado en España que en todos los casos de corrupción se han usado para ocultar las rentas obtenidas", asevera el experto Peláez.

La eclosión de internet ha permitido facilitar mucho los trámites a la hora de abrir una sociedad en cualquier parte del mundo. Las posibilidades ahora son casi infinitas. La puede abrir uno mismo mediante páginas web especializadas que requieren pocos trámites o, directamente, acudiendo a despachos de abogados o entidades bancarias que ofrecen esos servicios.

En el caso de los Pandora Papers, son catorce los despachos de los que se dispone de documentación. Los principales, Alcogal, Trident Trust y Asiaciti. Quizá el nombre más famoso es el de Mossack Fonseca, el bufete protagonista de los Papeles de Panamá.

"Hay toda una industria financiera que facilita la apertura de offshore", ilustra Peláez. "Es muy sencillo: una llamada de teléfono a un despacho especializado o a un gran banco internacional y, con un coste inferior a 2.000 euros, en dos o tres días tienes creada tu sociedad para usarla en lo que quieras", asegura.

Las formas en las que se pueden presentar estas offshore son variadas: desde un sociedades limitadas, trust –fideicomisos-, Fundaciones… Compañías cuya propiedad se acredita generalmente a través de documentos privados al portador, que no constan en manos de los registros públicos, lo que supone una ventaja para sus clientes.

Las empresas constan como dirigidas por testaferros –a veces, personal de las propias compañías que montan las offshore- que otorgan poderes a los verdaderos beneficiarios de las mismas. Con estos documentos, el interesado puede disponer y hacer lo que quiera con los activos en manos de estas empresas.

La pregunta del millón: ¿Es ilegal mantener una offshore? Depende. Si está convenientemente declarada a Hacienda, no. En caso contrario, se trata de un delito.

¿Qué es un fideicomiso o trust?

Una de las figuras que más aparecen a la hora de hablar de sociedades offshore son los fideicomisos (trust, en inglés). No son exactamente sociedades, sino que se trata de un instrumento legal utilizado especialmente para herencias.

Formalmente, no pertenecen a nadie. Una persona con una propiedad decide crear un patrimonio separado al cual transmite sus activos y un administrador lo gestiona en beneficio de quien se designe.

Para explicarlo con un ejemplo, una persona decide crear un fideicomiso con 500 euros para que lo gestione un abogado panameño, que será el responsable del mismo y encargado de hacerlo de buena fe para disfrute de los beneficiarios, que pueden ser la persona que lo cree u otras que designe –hijos, familia, amantes-.

Esos 500 euros no pertenecen ya a la persona que ordenó crear el fideicomiso, lo que impide que sean embargados, pertenezcan al régimen matrimonial ni a la herencia. También se utiliza para evadir el rastreo de las autoridades fiscales de los países.

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