Cierre de las aulas
La rectora de la Universidad de Granada considera "un error" la decisión de la Junta: "La Universidad no tiene ningún brote"
En una carta enviada a la Junta de Andalucía, los decanos de las facultades ruegan "que antes de tomar una medida de este tipo, consulten a expertos epidemiólogos que les confirmarán el enorme error que desde el punto de vista sanitario sería suspender la actividad docente de la Universidad".
Ante el aumento de los casos se coronavirus en Granada, la Junta ha decidido suspender las clases presenciales en la Universidad y que las residencias de estudiantes y los colegios mayores se cierren a partir de las 22.00 horas. Una medida con la que discrepan las autoridades universitarias de Granada que consideran que los contagios no se producen en las clases, si no en las reuniones sin mascarilla que organizan los estudiantes por las noches y en los bares.
El Consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía ha afirmado que es una medida de prevención para "no tener que cerrar la ciudad en 15 días". Esta misma tarde se reunirán los organismos rectores con la Junta de Andalucía para tratar de buscar una solución común ya que, a pesar de que la medida ha sido anunciada, y supuestamente entrará en vigor a partir de mañana, aún no se ha publicado oficialmente.
Pilar Aranda, rectora de la Universidad de Granada, ha asegurado en una entrevista en Al Rojo Vivo que los decanos de las facultades han enviado una carta a la Junta para explicarle por qué consideran "un error" la restricción.
Una carta en la que los decanos expresan su "absoluto desacuerdo" con la medida y asegurando que es "un error" porque conllevará "la disgregación del estudiantado de la Universidad por todo el territorio nacional": "La UGR cuenta con más de 20.000 estudiantes de fuera de la provincia que a todas luces regresarán a sus casas en cuanto no haya la obligación de la asistencia. Adicionalmente como profesores, somos conocedores de los usos y hábitos de nuestros estudiantes y nuestra experiencia indica que la docencia telemática acarrea un estilo de vida más activo y social, con todo lo que esto conlleva en la propagación de la enfermedad", afirman en el comunicado publicado en su página web.
Por eso, afirman, "lo que inicialmente se puede intuir como una medida lógica para evitar mayores contagios, podría convertirse en todo lo contrario será catalizador de nuevos focos alejados del control de la Universidad, que desde el comienzo de curso lleva un riguroso seguimiento".
En el comunicado insisten en que "las aulas no son focos de contagio", porque se mantienen las recomendaciones: "La distancia se mantiene, las clases se imparten de forma presencial y telemática simultáneamente y nunca se supera el aforo permitido": "Los estudiantes están con una enorme responsabilidad en las aulas, en las bibliotecas, en los laboratorios trabajando y formándose con seguridad y acatando las normas sanitarias, porque aquí es fácil acatarlas. No podemos robarles el derecho que tienen a recibir una formación presencial".
Por eso, recriminan la actitud de la administración: "Les rogaríamos que antes de tomar una medida de este tipo, consulten a expertos epidemiólogos que les confirmarán el enorme error que desde el punto de vista sanitario sería suspender la actividad docente de la Universidad cuando son precisamente sus aulas los lugares más seguros de la ciudad.
En la misma línea se ha situado la rectora. "La Universidad no tiene ningún brote. Se cumplen todos los protocolos y tenemos todo como han marcado las normativas sanitarias, como no podía ser de otra manera", ha afirmado Aranda, que ha asegurado no entender la medida: "En una población de 60.000 estudiantes, la cifra que nos da la Consejería de Salud es 236 positivos".
Por eso, ha dicho, espera "explicaciones" sobre los datos: "Aún no han publicado las medidas que tenemos que adoptar". "He reunido a los vicerrectores y decanos y esta tarde se volverá a reunir para ver qué medidas debemos de adoptar siendo respetuosos, pero el principio de autonomía universitaria ha quedado lesionado".
Pilar Aranda se ha mostrado "sorprendida y triste" porque no se cierren los bares y sí las aulas granadinas: "Quiero trasladar a la sociedad que cuenten con su institución, que su universidad es segura y tiene una capacidad de adaptación y flexibilidad importante". "Los retos nos permiten innovar, y en esta idea estamos trabajando", ha asegurado Aranda.
Comunicado de los colegios mayores
Los Colegios Mayores de Granada también han defendido que "no han sido parte del problema, sino de la solución", en tanto que han detectado casos sospechosos, han colaborado en las tareas de rastreo y han "aislado de forma estricta a los contagiados", al tiempo que han advertido de que su cierre a partir de las diez de la noche como ha estipulado la Junta "podría no generar los resultados esperados".
Así lo ha expuesto este colectivo en un comunicado conjunto suscrito por once colegios mayores en el que se expone que tanto ellos como las residencias universitarias adscritas a la Universidad de Granada suman aproximadamente 2.100 universitarios, lo que supone un cuatro por ciento de la institución, que cuenta con unos 60.000 matriculados.
A esta cuestión añaden que "los contagios se han producido fundamentalmente en aquellos encuentros en los que, con más facilidad, se relajan o incumplen las medidas básicas de seguridad y que están relacionadas con las zonas de ocio y esparcimiento". Por tanto, la medida que establece el cierre de sus centros a partir de las 22.00 horas "podría no generar los resultados esperados", según advierten, y, creen que "está desconectada de la causa del problema".
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