EL ANÁLISIS DE INÉS GARCÍA

Agag y Aznar: las bodas de Gürtel

5 de septiembre de 2002, se casa la hija del presidente. Los Aznar-Agag no escogen cualquier sitio. Más de mil invitados, 200 coches oficiales, y seguridad extrema. Se casan en el Monasterio del Escorial, un sitio donde hay que pagar por adelantado casi 1.600 euros.

5 de septiembre de 2002, se casa la hija del presidente. Los Aznar-Agag no escogen cualquier sitio. Se casan en el Monasterio del Escorial, un sitio donde hay que pagar por adelantado casi 1.600 euros. Más de mil invitados, 200 coches oficiales, y seguridad extrema. A la boda acudieron personalidades de diversos ámbitos, desde el mundo de la política, nacional e internacional, hasta personajes del entramado Gürtel, que entonces, no estaban imputados.

Después de la ceremonia religiosa, los invitados se trasladaron en autobús a unos cuatro kilómetros del Monasterio. Finca los Arcos del Real, propiedad de un buen amigo del expresidente Aznar. Allí llega el momento de esplendor de la trama Gürtel. La iluminación fue el regalazo de Francisco Correa y compañía.

'El País' tiene en exclusiva esa factura, no cobrada, de nada menos que 32.452 euros entre: iluminación, andamios, más de 9.000 euros en generadores y 900 euros en parking. Para darle más valor, 'El País' muestra que es el mismo tipo de documento que tiene la Policía en el que se demuestran actos de financiación ilegal del Partido Popular.

Esa factura da una pista del derroche de una boda por todo lo alto y de los regalos de Correa a dirigentes del PP. Una boda celebrada en una finca dedicada a la cría de caballos, en la que se montaron hasta cuatro ambientes diferentes, predominando lo que llamaron ambiente tropical, con dos enormes salones, 120 mesas, dos carpas considerables y un menú por cortesía del archiconocido José Luis.

Apenas unas horas después, el yerno de Aznar emitía un comunicado precisando ese regalo de Correa. Agag reconoce que fue invitado a la boda debido a la amistad que tenían entonces, y que también por esa relación de amistad fue incluso testigo en el enlace. Agag especifica que el regalo fue el montaje de la iluminación, exclusivamente. Un servicio habitual, dice, de la agencia de eventos que tenía Correa, aunque Agag asegura desconocer la cuantía del regalo.

Sí especifica Agag dos puntos: que entonces él, Alejandro Agag, no ocupaba ningún cargo público; y que Correa entonces no estaba imputado en ninguna causa judicial. Y ahí llega el aviso, se reserva las acciones judiciales correspondientes contra cualquier medio que sugiera "cualquier tipo de conducta irregular por su parte".

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