SENTENCIA PIONERA CONTRA LA ENTIDAD
Condenan a Bankia a devolver con intereses el dinero que estafó a un preferentista
Un hombre de 67 años ha conseguido tumbar en un juzgado a este gigante bancario. Bankia falsificó su firma, mientras él se encontraba enfermo, para hacerle adquirir preferentes.
La Justicia ha plantado, una vez más, cara a Bankia. en esta ocasión, después de que un hombre de 67 años comenzara el proceso. Se trata de un varón sin formación financiera, toda su vida había sido camarero, que ni siquiera tiene tarjeta de crédito y que tiene sus ahorros en Bankia, entonces CajaMadrid, desde hace más de 50 años.
En esa sucursal, de Móstoles, en Madrid, le aconsejaron un tipo de productos, sin riesgo, también le aconsejaron que se hiciera con las antiguas preferentes en 1999, un tipo de preferentes que venció.
Bankia, aprovechó que este hombre estaba enfermo, con un enfisema pulmonar para contratar por él y por su cuenta, las nuevas preferentes en 2009, canjear las viejas que tenía por las nuevas.
Para llevar a cabo esta acción, falsificaron su firma. El afectado se da cuenta cuando intenta por activa y por pasiva retirar su dinero del banco, y después de intentarlo varias veces, por fin lo consigue y verifica que una firma que no es la suya está ahí, en esos documentos.
Presenta una demanda, van a juicio y gana. Según se recoge en el auto, la juez Raquel Blázquez considera que "está plenamente acreditado( ...) que ninguna de las firmas ha sido puesta por el demandante". Esto lo confirman las pruebas caligráficas que se hacen y así lo confirman también los peritos, que encuentran evidentes las diferencias entre la firma auténtica y la firma imitada".
Al no haber firmado, la jueza expresa que queda probado que no prestó su consentimiento para la contratación de esas preferentes, unas preferentes de las que tampoco, dice la jueza, se le informó debidamente. Y ahí hace hincapié en el perfil, en la formación de este hombre, de este camarero que confió sus ahorros a Bankia.
En la sentencia se condena a Bankia a que pague, a que le devuelva los 250.000 euros invertidos en las preferentes, más los intereses generados durante este tiempo. Además, obliga a Bankia a pagar las costas procesales, va todavía más allá y abre una providencia diciendo que no solamente este señor tiene razón sino que aquí hay un posible delito de Bankia y pide que lo investigue la Fiscalía.