Anatomía de
El robo del Códice Calixtino o cómo se destaparon las irregularidades de los clérigos de la Catedral de Santiago: el 'lapsus' del organista que acabó inculpándole en otro robo
Joaquín, organista, fue durante meses uno de los principales sospechosos del robo del Códice Calixtino. En un 'delirio', llamó a la Policía para decirles que alguien lo había puesto en su casa: no se acordaba de que había robado una copia de la Catedral de Santiago años atrás.
Once meses después del robo del Códice, Joaquín, el organista, llama a la Policía de madrugada para decir que alguien había metido el Códice Calixtino para inculparle. Se creía objetivo y cree que alguien lo había aprovechado para meter allí el Códice.
"Estaba todo muy desordenado, un colchón medio roto... y en un altillo escondido estaba una copia del Códice que valía 2.500 o 3.000 euros", ha explicado Luis Rendueles. El eclesiástico había robado esa copia con anterioridad: "En su delirio lo había convertido en el original. Nos confesó que lo había robado, según él, para tener 'un recuerdo'", ha explicado el juez José Antonio Vázquez Taín.
En mitad de un concierto
Ramoncín asegura que "intentaron asesinarle" durante la investigación contra la SGAE: "Nos tiraron CDs con forma de estrellas ninja"
Ramoncín recuerda cómo vio peligrar su vida en un concierto que celebró en mitad de la investigación contra la SGAE: le lanzaron una enorme piedra que agujereó uno de los amplificadores y una estrella ninja.