El niño se escondió debajo de la cama

De degollar al padre a arrastrar al hijo: así se creó el perfil del asesino por la escena del triple crimen de Burgos

El asesino del triple crimen de Burgos había entrado con las llaves de la casa y atacado en primer lugar en la cama al padre, que terminó siendo degollado en la cocina cuando buscaba una arma para defender a su familia.

Luis Muñoz, el inspector de Policía Nacional que llevó el caso del triple crimen de Burgos, explica que unos vecinos oyeron cómo la madre gritaba en plena noche: "Fueron atacados en la cama, pensamos que el asesino tenía llaves". Después de atacar a Salvador y Julia en la habitación de matrimonio, el asesino buscó al tercer miembro en ser asesino esa noche: el hijo pequeño de la pareja, que se encerró en la habitación.

El criminal dio una patada para franquear la entrada de esa puerta mientras el pequeño se refugió debajo de su cama. El criminal apoyó su mano izquierda en la cama, lo que originó que quedara una impronta con el dibujo de ese arma. Agachándose, arrastró al niño con la otra mano. "Estamos hablando de una envergadura de brazo de una persona que tiene que ser alta", explica Luis Muñoz, que relata que el asesino sacó al niño al pasillo y en el pasillo acabó con su vida.

"La secuencia de los hechos termina con el asesinato de Salvador", explica el inspector, que destalla que "el criminal lo remató en la cocina mientras intentaba coger un arma para defender a su familia". "Pero, al hacerlo, dejó un rastro que podría delatarlo", destaca Muñoz, que explica que cuando vieron "una de las heridas, la del degollamiento de Salvador" se dieron cuenta de que "esa herida se había tenido que producir necesariamente con la mano izquierda".

Unido este descubrimiento a que "en el informe forense se dice que otro tipo de heridas se han producido con la mano diestra", queda reflejado que el asesino es "una persona ambidiestra", lo cual reduce mucho el círculo de búsqueda.