Así fue su tensa charla con la Policía
Unas llaves, un cigarro, ser ambidiestro... las pruebas que señalaron a Rodrigo Barrio como el asesino de su familia
Entre las pruebas contra Rodrigo Barrio por el triple crimen de su familia se encuentra que coindice con las características del asesino: es alto, tiene acceso a las llaves, y sabía que Salvador dormía ese día en el piso.
En la escena del asesinato de Salvador Barrio, Julia Dos Santos y su hijo pequeño, Álvaro, en su piso de Burgos, desapareció la llave del coche de Salvador. De hecho, "el coche tuvo que estar inmovilizado en el garaje cerca de 48 horas porque no se podía acceder a su interior", explica Luis Muñoz, el inspector que se encargó del caso. Dos días después apareció una llave del Audi A6 en la parte de la Bureba y se pudo acceder al vehículo y hacer la inspección ocular.
Los investigadores creen que el asesino usó la llave del Audi de Salvador para salir por el garaje sin ser visto, pero no es lo único que dan por desaparecido. "Había un anillo que mi hermana solía llevar colgado del cuello, que era un sello que ponía R.B., Rodrigo Barrio", explica Remedios, hermana de Julia, que recuerda que era "un sello de la comunión" del hijo mayor, el único superviviente.
Por otro lado, en la escena del crimen apareció el dibujo de la suela de una zapatilla deportiva ensangrentada. Se trata del mismo dibujo que aparece en polvo en la zona de acceso a la azotea, donde también se encontró un cigarrillo. Lo que no cabe duda es que el autor en un momento anterior a los hechos estuvo allí. Además, el inspector Luis Muñoz explica que cuando vieron "una de las heridas, la del degollamiento de Salvador" se dieron cuenta de que "esa herida se había tenido que producir necesariamente con la mano izquierda". Unido a que otras heridas se habían hecho con la mano derecha, los investigadores llegaron a la conclusión de que el asesino era ambidiestro, como Rodrigo Barrio.
"Es una zapatilla que está identificada como una Navy Flash de Dunlop, se concluyó que el número lo más probable es que fuera entre el 43 y el 45, que podría ser ambas", explica el inspector. De esta forma, la huella permite a los investigadores sumar otro rasgo al perfil del asesino: es alto, tiene acceso a las llaves y sabía que esa noche, en contra de lo que era su costumbre, Salvador dormía en el piso de Burgos porque debía recoger la nueva cosechadora que había comprado. Además, el matrimonio fue atacado por sorpresa en su dormitorio, lo que refleja que el asesino accedió a la casa con las llaves de la vivienda. En ese retrato, los investigadores hablan con Rodrigo Barrio quien, entre otras cosas, es capaz de explicar por qué tiene otras llaves del coche de su padre. Además, la Policía descubre que el hijo mayor de los Barrio, cuya altura y tamaño de pie encajaría con la del asesino, es ambidiestro.