Tal y como era entonces

Así era el Teatro Romano de Mérida hace 2.000 años: la espectacular recreación que muestra su "sinfonía de colores"

Boris Izaguirre y el equipo de 'Desmontando' se desplazan hasta Mérida (Extremadura) para visitar los valiosos tesoros arqueológicos que la ciudad conserva de la época en la que se llama Augusta Emerita. Uno de ellos es el impresionante Teatro Romano.

Agustín Velázquez, conservador del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, recibe a Boris Izaguirre en la capital extremeña. Esta ciudad, llamada por los romanos Augusta Emerita -aunque "algunos investigadores dicen que podrían ser colonia Iulia Augusta Emerita"- fue una de las grandes capitales de Hispania, en concreto, de la provincia de Lusitania y era el lugar elegido por el Imperio Romano para que sus soldados descansaran después de 20 años de servicio.

Pero no solo era un lugar de retiro. La actividad de la población hizo que se convirtiera en uno de los sitios más modernos de la época y que se edificaran construcciones tan impresionantes como la que el presentador de 'Desmontando' pisa en estos momentos: el Teatro Romano. En él se representaban todo tipo de obras: "desde la tragedia de herencia griega clásica, obras también de herencia romana, la tragedia romana, comedias, mimo, pantomima...".

También el pueblo se reunía en este espacio para sus asambleas. Sus columnas, uno de sus símbolos más representativos, cumplían una función estética que está muy presente por todo el recinto, de"tipo oriental", indica el experto. Estaba compuesto por "una combinación de mármoles de colores". "Hoy realmente nos faltan muchos mármoles de colores, pero antes había mole rojo, mármoles color crema, mármoles azules. Era como una sinfonía de color. Lo que no estaba con mármol estaba estucado de un color rojo".

Para que podamos visualizarlo en todo su esplendor, el equipo de 'Desmontando' vuelve a poner en marcha su máquina del tiempo y de manera digital reconstruye el Teatro Romano de Mérida tal y como era 2.000 años atrás. "Creado bajo la orden del cónsul Agripa, cuenta con una decoración de ricos mármoles y un escenario con una estructura que alcanza los 30 metros de altura. Vamos, esto ni en los musicales de Broadway. Todo para sorprender y entretener a nada más y nada menos que a un público de 6.000 espectadores", cuenta la voz en off de Anabel Alonso mientras el 'hechizo' de la tecnología va impregnando todo de color.

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