El encuentro entre Sánchez e Iglesias que acaba con "tarifa plana de abracitos": "Hágame un huequito, presidente"

El Gran Wyoming y Dani Mateo se han atrevido a convertirse en Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para salvar las negociaciones "antes de que alguien las chafe". Por eso, ambos han tomado el ADN de los líderes del preacuerdo de Gobierno en El Intermedio.

Una de las primeras cosas que no está dispuesto a tolerar Iglesias es la escasa decoración de La Moncloa, por eso quiere añadir un toque personal para quitar "un cuadro que huele a casta desde la entrada" y sustituirlo por "un póster del Ché Guevara".

Entre las peticiones del líder de Podemos había una veintena de ministerios: "Te inventas alguno como hiciste la última vez... yo que sé, Ministerio de Asuntos Echeniques".

Pero Sánchez le propone algo mejor para encontrar "un sitio en Moncloa" a cada uno de los suyos: "Por ejemplo, en el equipo de jardinería. Ahora estamos en época de podar, y quién mejor que Unidas Podemos". Pero la gracia no entusiasma a Iglesias, que ahora también quiere la jefatura de Estado: "Quiero ser Pablo I, 'El Coletas'".

Respecto a "lo de dormir", Pedro sigue llevándolo mal, a pesar de haber probado incluso comparecencias de Ábalos, pero para ello Pablo Iglesias tiene una solución: un bebé para poder dormir mejor; y en cuanto al reparto de vicepresidencias, Pablo Iglesias se ha conformado con la "vicepresidencia invisible" y tarifa plana de abracitos. Sin escatimar y zanjando el acuerdo, ambos han acabado viendo una película sin separarse.

Otros momentos destacados

No es la primera vez que Dani Mateo se encarna en Pablo Iglesias: el colaborador de El Intermedio tuvo que enfrentarse al mismísimo Íñigo Errejón en 'Debates por la Cara', donde, lejos de callarse los reproches, ambos líderes se enzarzaron en un debate moderado por Andrea Ropero.

Una Aguirre muy especial también defendió en El Intermedio a Isabel Díaz Ayuso: "Es digna sucesora. Seguro que me apoya, porque se apoya en cualquier cosa. Ella se ha apoyado en Vox para ser presidenta". Además, explicó que no echaba de menos la primera línea política: "En la política me pasa igual que con el aparcamiento, prefiero en segunda fila".