Paco Lobatón: "Billy el Niño me golpeó incesantemente"

En 1972, Paco Lobatón trabajaba de cartero para estudiar y estudiaba Ciencias Políticas. El periodista cuenta que iba a una asamblea de profesores para apoyar el movimiento estudiantil del que era militante muy activo.  En la entrada a la asamblea se les identificó, se descubrió que él no era profesor y se le rechazó y “recibí una pistola en la cabeza. Recuerdo aquel toque frío. Ese fue el encuentro”.

En ese momento se encontraba con una fuerza especial porque había sido elegido por sus compañeros para apoyar una causa en la asamblea de profesores. “Y tuve la inconsciencia de intentar zafarme de los que me detenían por lo cual fui acusado de desórdenes públicos y atentado a la fuerza pública”, explica.

La asamblea se situaba en la parte alta de la facultad. A él le bajaron a su clase, lugar donde “empezaron los golpes”. ‘Billy el Niño’ se hizo cargo y luego “me ‘acompañó’ amablemente hasta la Dirección General de Seguridad”.

Paco Lobatón comenta que cuando le detuvieron reaccionó como pudo pero una vez que le metieron en el coche policial “te sobrecoge y más si el individuo que hay detrás, al pasar por el Parque del Oeste, le decía al conductor ‘para, para que a este le vamos a liquidar aquí mismo’”. ‘Billy el Niño’ sacó una porra extensible regalada por sus amigos nazis italianos y con esa porra “la empezó a aplicar sobre mi pecho y me golpeó incesantemente hasta llegar a Sol”.

Consiguió que se levantara un acta porque el médico levantó un atestado donde aparecieron lesiones por las que ‘Billy el Niño’ fuera convocado a juicio. “Algo inaudito”, explica. Le condenaron a un día sin empleo y sueldo.

Lobatón asegura que recibió golpes “pero no fue tortura”. Habla del caso de un amigo Miguel Ángel Gómez Álvarez que estuvo detenido durante siete días y al que se le practicó la tortura “en distintos formatos”. Su amigo “tuvo que pasar un mes entero en enfermería. Él no pudo andar hasta un mes después”. Su delito era ser estudiante que luchaba por sus libertades.

A Lobatón le condenaron a cinco años y medio “por asistir a una reunión”, explica Wyoming. Atentado por los desórdenes públicos, asociación ilícita etc… sumaron los cinco años. Tomó la decisión después de pasar por la cárcel de Carabanchel de marcharse y exiliarse en Ginebra.

Respecto al tema de que la justicia Argentina haya empezado a actuar contra estos torturadores, el periodista cree “que la justicia debe hacerse pero que es más saludable para nuestra democracia que se resolvieran esas cosas aquí. Hacer memoria es la mejor manera de reconciliarnos con nuestra propia historia”.