Wyoming y Dani Mateo se emocionan al despedir a Franco al ritmo de 'Paquito el chocolatero': "Venga, hay que venirse arriba"

Después de velar su cuerpo durante horas, El Intermedio, celebra el entierro de su propio dictador. De esta manera, El Gran Wyoming y Dani Mateo despiden para siempre a "un generalísmo, un dictador, un español, pero sobre todo un amigo", explica Wyoming.

"Yo es que estaba muy unido a él, sobre todo cuando lo llevaba de paquete en la moto", recuerda Dani Mateo.

Como la familia quería un funeral de Estado y no lo ha podido tener, en El Intermedio hacen todo lo posible "porque él se merece todos los honores". "No provocaba divisiones ni abría viejas heridas, provocaba sonrisas", asegura el presentador.

Cuando el trompetista, presente en el entierro, empieza a entonar el himno de España, Wyoming le pide que toque el himno de su Franco, "la de Paquito". Así, el trompetista arranca con la melodía de 'Paquito el chocolatero'. "¡Vamos!, hay que venirse arriba", grita Wyoming mientras baila con Dani Mateo al son. Después, un montón de confeti inunda todo el plató.

"Qué pena que no haya podido venir la familia Franco, este entierro es parecido a lo que quería", lamenta Wyoming, y añade: "Si no ha habido bandera en el féretro es porque Dani Mateo tiene todavía orden de alejamiento contra ella".

Para acabar, Wyoming pide quedarse a solas con el dictador, al que dedica unas palabras: "Esto ha sido todo generalísmimo. No se puede quejar, el entierro nos ha quedado niquelado. Hoy el país cierra un capítulo de su historia, así que es un buen momento para que sus seguidores se lean el libro entero y se enteren de quién fue usted".

Otros momentos destacados

El Gran Wyoming ha celebrado la exhumación del dictador, un acto que ha conmemorado como "algo que celebrar": "Hoy la democracia es un poco más fuerte". Este es el alegato completo del presentador:

El presentador también ha hecho una reflexión sobre la evolución de España en los últimos 40 años. Asegura que "todavía quedan restos de franquismo por exhumar en nuestras calles, plazas e incluso en partidos políticos e instituciones". "El franquismo no ha muerto, pero tiene muy mala cara", sentencia.