Reportaje de Andrea Ropero

Paula Gil, de Médicos Sin Fronteras, desde Gaza: "Se han cruzado todas las líneas en cuanto a violación de derechos humanos"

Andrea Ropero entrevista a Paula Gil, presidenta de Médicos Sin Fronteras en España, quien relata desde la Franja de Gaza la dramática situación humanitaria que enfrenta la población, marcada por la destrucción, el miedo constante y la falta de recursos médicos esenciales.

Andrea Ropero entrevista a Paula Gil, presidenta de Médicos Sin Fronteras en España, quien actualmente se encuentra en la Franja de Gaza prestando ayuda médica en una de las zonas más afectadas por el conflicto. "En estos momentos me encuentro en Al Mawasi, en la casa de Médicos Sin Fronteras, uno de los pocos edificios que queda en pie", señala Gil.

Cuando Andrea Ropero le pregunta cómo se ha encontrado la situación, su respuesta refleja la gravedad del momento. "Ves con tus ojos el nivel de desolación: todo arrasado, ni un edificio en pie, gente vagando por las calles", lamenta.

Los primeros días en Al Mawasi han sido extremadamente duros, especialmente las últimas noches, donde el equipo se ha visto obligado a dormir en el suelo por los constantes enfrentamientos armados. "Había un tiroteo" cerca de la sede, relata. Además, "anoche hubo una explosión bastante cerca", añade, describiendo cómo la población vive en un "miedo constante, como en una ruleta rusa".

Paula Gil también alerta sobre la crítica situación en los hospitales y centros de salud que siguen operativos, donde los recursos escasean. "Lo están dando todo", afirma sobre el personal sanitario, pero reconoce que "es muy difícil cuando no tienes todos los materiales ni suministros a tu alcance". Esto se debe a que el ejército israelí ha bloqueado la llegada de convoyes de ayuda humanitaria, lo que agrava la crisis.

La presidenta pone de ejemplo las incubadoras en los hospitales: "Me queda combustible para dos días… No sé qué va a pasar con esos bebés", dice con preocupación. La situación es "desesperante" y el personal médico está "muy cansado".

En cuanto a si se vislumbra el final del conflicto, Paula Gil es clara: "Esto tiene que acabar, tiene que haber un alto al fuego permanente". Denuncia que "se ha deshumanizado a la población", hasta el punto de no distinguir entre combatientes y civiles. Finalmente, asegura que "se han cruzado todas las líneas posibles en cuanto a violación de derechos humanitarios".