Momento muy emotivo
El motivo por el que el jefe infiltrado de 'Carlos Conde' rompe a llorar junto a un trabajador
Carlos Conde y Leonel, uno de los barberos de su empresa, viven un momento muy emotivo al hablar sobre la familia del trabajador. En el vídeo superior puedes ver la secuencia completa.
Carlos Conde descubre su verdadera identidad a Leonel, uno de los barberos de su empresa, y le abronca por no cumplir las normas marcadas por la compañíaen la franquicia en la que trabaja.
A pesar de que la situación comienza algo tensa, finalmente el jefe infiltrado y el trabajador rompen a llorar juntos y acaban dándose un abrazo.
En el vídeo que acompaña a estas líneas, de 'El Jefe Infiltrado', puedes ver la secuencia completa y descubrir la causa de este momento tan emotivo.
Otros momentos relacionados
El jefe np vive una experiencia muy positiva en una de sus franquicias, donde un trabajador le confiesa que no sabe hacer alguno de los servicios. Y es que el joven está haciendo prácticas y a veces le dejan solo con los clientes.
David y Brais trabajan en la misma barbería pero su relación es muy mala. Tanto es así, que acaban discutiendo delante del jefe infiltrado y uno de ellos abandona el localsobrepasado por la situación.
Más Noticias
Dani Mateo, tras las alabanzas del consejero de Asisa a Díaz Ayuso: "Es el campeón de los ayusers" Pablo Gallego le pilla una mentira a Fredy, de 'La Arrocería': "Tenéis que poneros de acuerdo el personal y tú" Mailín le para los pies a Fredy en Batalla de restaurantes cuando se refiere a ella como "niña" y "guapa" Alberto Chicote explica las diferencias entre el pulpo a feira y el pulpo a la gallega en Batalla de restaurantes A Coruña Paco Núñez, sobre la comparación de las ayudas a Gaza y Valencia: "A veces hay que subir el tono para tener un poco más de fuego"
Hemeroteca
El jefe infiltrado presencia cómo una camarera intenta cobrar de más a unos clientes mediante tarifas inventadas
Dado Lima, el jefe de Toro Burger, no daba crédito a lo que sus oídos escuchaban. "Coste extra de 3 euros", decía su camarera a unos clientes. Algo, que no era cierto y él sabía... Sin embargo, tenía que callar para no delatarse.