Hay un mercadillo de ofrendas
Equipo de Investigación se desplaza al único lugar de España donde los exorcismos son de dominio público
En un pueblo de Galicia de poco más de 60 habitantes se encuentra el gran templo de los exorcismos, donde cada día llegan autobuses con fieles atraídos por el "milagro" de lo sobrenatural.
Nos dirigimos a un pueblo situado a 45 kilómetros de Santiago de Compostela. Y es que Galicia es tierra de ritos, magia y espíritus, pero, en concreto, Corpiño es un sitio famoso por "ahuyentar" al demonio y "salvar" a los fieles de sus "garras". En lo más alto del pueblo, de poco más de 60 habitantes, se encuentra el gran templo de los exorcismos, tal y como puedes ver en el vídeo principal que acompaña a esta noticia.
Cuando llegamos, está cerrado, aunque a su alrededor ya comienza a levantarse un mercadillo de ofrendas. Uno de los vendedores cuenta que el cambio de párroco ha disminuido su clientela, pero apenas son las 11:00 horas cuando aparece el primer autobús, y así llegan hasta seis al templo, por lo que asistimos a una auténtica "invasión" de fieles que acuden atraídos por el "milagro de lo sobrenatural", por "la lucha contra el maligno".
Allí, el mito y la leyenda se mezclan con la realidad. Nadia sabe decirnos a ciencia cierta lo que ocurre tras los muros del santuario. Un hombre cuenta que un día "una mujer arrastró a seis hombres", algo que, destacó, "no era normal", aunque afirma que "parece que se curó". Comprobamos el perfil de los visitantes: creyentes, mayores y en su mayoría mujeres. Intentamos acceder a la iglesia, pero es prácticamente imposible. Al fondo, se puede ver al nuevo rector del santuario desde hace poco más de un año.
*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de Equipo de Investigación que laSexta ha vuelto a emitir este sábado.
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Tres años más tarde de su separación con una joven sevillana, Antonio Tejado confiesa en una entrevista que arrastra "un "episodio de alcoholismo grave desde hace años", por el que ha llegado a pasar "tres días sin dormir". "No recuerdo nada de lo que hice esos días", reconoce.